La Clotxa

Bueno, pas malament pel preu. Es un poco cueva para mi gusto. A al menos, al gusto de las cuevas que me gustan. Que son aquellas donde puedo tomar un vermut y discutir con los abuelos y abuelas del barrio. Aquí hay mucho neohippie gracienco de poca edad, ya soy un poco mayor para esto. Enfin, es un buen lugar para gastar poco dinero en cenar y tomarte algunas birras pero no pidáis más.

La Clotxa es un bar en el que no tiene ningún sentido tomarte solamente una cerveza. Allí se aprecia la cantidad y la abundancia, por encima de las sofisticaciones. Cinco como mínimo, pues. Y es que es un lugar perfecto para que vayan cayendo, una detrás de otra, sin complejos. El local tiene poco detalle y reduce el espacio y la decoración a lo más básico. Me gusta esa ausencia de barroquismo. Tampoco le sienta bien al bar lo de ir a leer, a escribir o a pensar. El ambiente de La Clotxa exige un espíritu sociable y comunicativo. Nada de encerrarse en uno mismo. Este es el mejor lugar para dar voz a lo que llevamos dando vueltas durante toda la semana, para dejarse ir (oralmente, se entiende, y siempre con respeto y educación) y expresar cualquier cosa que nos tenga preocupados. Me gusta este bar porque uno siente que puede articular todo tipo de pensamientos libremente, sin censura. Los límites de lo posible se relajan en La Clotxa y uno entra en un territorio de franqueza y verdad maravilloso.

La Clotxa es otro de los refugios de Gracia, lugar de encuentro de los jóvenes del barrio con poca pasta, pero con ganas de desfase. La Clotxa es una barra envejecida y unas cuantas mesas largas con bancos de madera. La Clotxa son medianas a menos de dos euros y bocadillos a menos de cuatro. La Clotxa es volver a la época de estudiante kumba en la que lo más importante era que te dieran el máximo número de cervezas posible por los cuatro duros que llevabas en el bolsillo.