La Fíbula

La Fíbula es uno de los locales que desde hace tiempo anima y da un toque mágico al barrio. Para todos aquellos que conozcáis la calle Blai por su repentino auge a base de caña y montadito, puede ser una opción muy interesante para disfrutar del buen y también auténtico ambiente de este barrio sin tener que sumergiros en el apogeo y ensardinamiento que es cada vez mas común en los nuevos bares de la zona.
Se trata de un local de comida Arabe donde podréis degustar los platos mas típicos de su cocina a un buen precio y con un ambiente relajante.
Podría considerarme ya después de todos estos años asiduo, y no por cercanía o casualidad, sino porque el paladar me pierde y me cuesta pasar a hora de comer por la zona y no pararme a saborear un platito de Mutabal, Hummus, Falafel o ya comer un buen plato de Cous-​cous o el mas que sabroso Tajine que preparan.
Si lo que os apetece es sumergiros en la cultura de lo que vais a comer, os recomiendo el interior, donde la estética es inmejorable. Si tuviera que resaltar un detalle negativo, serian las dimensiones del local, pero seguro que si visitáis la parte de mas al fondo no os decepciona en ningún momento.
No creo que haya nada que reprochar a los platos que ya he mencionado, puesto que son una buena fusión de calidad, presentación y precio. Culturalmente adaptado y dejando de lado las ostentosidades a la vez, podréis probar todo eso y mas en un menú de mediodía que no supera los 10 €. ¿Que mas se puede pedir?
¿Alguien mencionó el trato? Pues tampoco le tiene nada que envidiar a mayoría de locales de la zona. Juraría que he comido en muchos sitios que se suponen mas categoría donde no me han tratado ni la mitad de bien que ahí.
Os aconsejo ir con tiempo, puesto que la mayoría se prepara al momento y no es como para comer en media hora y corriendo. Y si por casualidad decidís hacerme caso, ¡por lo que mas queráis! NO OLVIDEIS PROBAR LOS POSTRES, tan sencillos como deliciosos.
Eso si, si queréis disfrutar de este viaje a Marruecos en todo su esplendor, quedaros a la sobremesa y disfrutar de un buen té… Los que conozcáis el país lo entenderéis nada mas acercaros a la boca el primer sorbo. Si me permitís una última sugerencia, el de menta y azahar resulta una opción exquisita.

We came here twice during our week long stay in Barcelona. The first time was wonderful— excellent food, attentive service and beautiful location. Unfortunately the next time we came on a holiday and the wait staff were harried and service was very slow unreliable and several mistakes were made on our order. And instead of being apologetic the staff were rather rude about the situation. Hopefully on other days folks will have a better experience.

Food was great, very flavorful but it took over an hour between salad & main course; altogether a 2-​hour dinner. Would have given 4 stars if service was better.

Wenn man mal in der Carrer de Blai mal keine Lust auf belegtes Weißbrot zum Abendessen hat, ist das Fibula eine super Alternative. Günstig und sehr lecker.

Great three-​course lunch special. The Tajin de Pollo was to die for. Never have I ever tasted those combinations of flavors with that level of delicateness — lemon, olive, orange, and I don’t even know. My first time having Tajin, too. The soup was so-​so; I’d like to try a different first course. Cute terrace and the indoor space looked really nice, too.

Restaurante Marroquí con decoración típica muy cuidada. Preparan unos platos excelentes y también tés y pastitas dulces. El personal es muy agradable y todo está súper limpio. En la Fíbula te da la sensación de haberte teletransportado. Muy recomendado para cenas en pareja ;) buena relación calidad precio.

La decoración es exquisita, cuidan hasta el último detalle. Y los tés son impresionantes. Sin duda, un lugar para transportarse y dejarse llevar :)

Great food and great service we went to this place our last night in Spain and I’m happy we did…

Hace tres o cuatro años, atravesaba una época difícil, amarga… Paseando por la Calle Blai, en la zona del Paralelo, me llamó la atención este lugar, entré y elegí una mesita en un rincón muy agradable. Me sentí transportado por el ambiente marroquí y pedí al camarero un par de pastas y un té con menta… me sirvió con una franca sonrisa, abrí un libro, leí un par de capítulos, volví a pedir lo mismo. Transcurrió algo así como una hora… Salí de nuevo a la calle, con la sensación de haber tomado un bálsamo y muy renovado.
Recordaré esa hora de mi vida, como una de las más especiales, sin duda.

La primera vez que probé un té, fue en un viaje a Marruecos, concretamente en la ciudad de Fez. Aunque no os lo creáis, el café jamás lo caté, ¿me tendré que ir a Colombia para saborearlo?
Mi primera experiencia, y la mejor, fue con un té a la menta. Así que 3 años después, decidimos citarnos, los cuatro compañeros de viaje, en La Fíbula. El interior de la tetería, el olor a menta y el trato nos devolvió al desierto, a las jaimas, a los cielos estrellados.
Guardo muy buenos recuerdos, tanto del viaje como del lugar que me lo evocó.

..¿.y el Harem?
Uno de mis lugares favoritos de la calle Blai, es la tetería y pasteleríà la Fibula, que exactamente, no sé que quiere decir, pero si uno de vosotros lo descubre, por favor decidme.
Es un verdadero oasis, en medio del paseo peatonal de Blai. Ideal para los aficionados a los té de menta, los pasteles árabes rellenos con dulces exóticos, como son el: cacahuate o las almendras.
El lugar es bastante agradable y cómodo, toda la decoración, obviamente, está hecha en plan oriente y uno se imagina estar dentro de un harem, lo que da un ambiente, propio de aquellas lejanas tierras. Los olores a incienso y a especies, invitan, en invierno a verano, a disfrutar de los variados y relajantes té de oriente.

Hacía muchos años que no comía un Tajim. Concretamente desde que estuve en Marruecos hace unos diez años. El de hoy me lo ha servido Somia. Ella es de Casablanca pero yo me he acordado del desierto. El te marroquí de la Fíbula tiene fama de ser el más auténtico de la ciudad. También lo son la decoración, los platos, la amabilidad… Entre semana tienen menú a 9’50 y los fines de semana a 15 euros. Se puede comer o tomar el te en la terraza, pero yo recomiendo el interior: ha sido como viajar otra vez a Marruecos pero sin salir de Barcelona.