Local relativamnte nuevo que sustituye a un antiguo bar. Pequeñito y acogedor para tomar un desayuno o merienda. Buen café y buenas infusiones a un precio normal. Tienen tartas caseras como la de dulce de leche o de zanahoria. La camarera muy amable y tiene la ventaja de tener una Terraza en la que hay varias mesas por lo que compensa el pequeño tamaño del local. Esta terraza, ahora que empieza el frio está medio protegida por un toldo que alivia el aire que suele correr en invierno por el Paseo Sant Joan.