Quien haya salido alguna noche por Gracia y no haya parado a comerse un shawarma del Mousta se ha perdido, probablemente, lo mejor de la noche. Y es que en este pequeño local hay un señor muy divertido que no para de trabajar mientras suelta chascarrillos y regala gracietas a todos sus clientes. El condenado Moustafá me ha provocado tales carcajadas que casi me atraganto comiendo uno de sus deliciosos shawarmas de cordero. El lugar suele estar lleno los fines de semana, y el pobre Mousta suda como un condenado y prepara los pedidos a una velocidad pasmosa mientras canta, pone caras locas y hace cosas divertidas. Si tienes hambre y pasas por la zona no te lo pienses dos veces
Carol P.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Una noche entré con unos colegas a comer un shawarma, Moustafa estaba súper atareado, sudando, poniendo tres bocadillos a la vez, saludando, trabajando. Cuando por fín nos toca, él intercambia algunas palabras de cariño con uno de mis amigos, porque se conocen, Moustafá conoce a casi todos los jóvenes que pasean por este barrio y todos le conocen a él. Moustafa explicó que estaba muy contento porque se iba de vacaciones y hacía muchos años que no veía a su familia, llevaba años ahorrando para poder ir allí a visitarlos… al terminar la frase, Moustafa tenía agua en los ojos. Da gusto pagar en un lugar así y lo mejor es que es barato.
Pau P.
Évaluation du lieu : 5 Barcelona
Moustafa es el nombre del propietario con más salero que jamás he conocido. Amable y extremadamente divertido, siempre que lo voy a ver está de buen humor y dispuesto a bromear conmigo. ¡Y cómo lo agradezco! La Caravana(Al-Kafela) es el nombre oficial de un pequeñísimo restaurante, tan informal como agradable, que sirve comida siria de diferentes tipos. El plato estrella es, sin lugar a dudas, su shawarma de pollo o cordero, con o sin queso, con o sin picante, pero siempre sabroso. Mención especial también a los dulces de Mousta; de pistacho, anacardos, chocolate, miel… todos son riquísimos y calóricos a partes iguales. Especialmente recomendado para esa cena rápida o de camino, no dispone de mucho espacio pero uno se siente en casa des de que entra por la puerta. Al cobrarte, Mousta te multiplicará por mil el precio; «Cuatro mil quinientos euros, my friend». No te preocupes. Tú dale el billete de cinco euros como si de cinco mil se tratara. Y deséale siempre buenas noches al despedirte… «¡Laila saida, Mousta!»