O’Casiñas

Estoy convencido de que en Vigo o en Santiago podríamos encontrar un restaurante exactamente igual a éste, con la misma decoración que a pesar de las renovaciones sigue pareciendo antigua, con el mismo televisor emitiendo eternamente TVE, con la misma carta extensa en la que el pulpo y el lacón tienen presencia. Incluso con el camarero chino, que ahora no sabríamos decir si es el dueño o un asalariado. Con un menú de bistec con patatas y ensalada, gazpacho en verano, O’Casiñas es un lugar recurrente para familiares de pacientes del hospital Dos de Maig, garantía de negocio seguro para un bar como éste.
La calidad es la que es, comida correcta pero sin grandes toques maestros. Cuando intentan innovar y se salen de lo habitual con entremeses algo más creativos, como los tomates rellenos, el resultado es desigual. Recuerda de algún modo a la comida de colegio. No obstante, es un lugar agradable, que consigue hacernos olvidar lo que pasa fuera y al que se puede ir con ganas a picar algo tras salir con la parienta o los abuelos del hospital.