Shhh... No se lo Digas a Nadie

A parte de que el nombre me encantó, muy original! es un local perfecto para ir a tomar algo las noches de verano y porque no también las de invierno. Tienen variedad de bocadillos y para picar (me encantaron los nachos, patatas bravas y el hummus) el trato genial. La música me fascino!!!

Fuimos un viernes por la noche y estaba todo llenísimo, terraza e interior, porque el saloncito que tienen al fondo estaba reservado.
Volvimos otro viernes y genial, tenían sitio! La carta estaba basada en los 4 elementos (aire, agua, tierra y fuego) y en cada uno de los apartados podías encontrar una gran variedad de bocadillos, tapas, raciones y quiches.
El precio era más que asequible y comimos un montón!
El ambiente era muy bonito y agradable, un poco oscuro para ver la carta pero súper relajante! Hacía un poco de calor dentro, pero es cierto que para no ser verano ese día había hecho mucho calor, supongo que en verano lo deben tener bien acondicionado. Si no, siempre queda la terraza en la calle Torrijos, una de las calles con más ambiente de Gràcia.

Shhhhh, este secreto a voces, es un sitio genial para comer algo informal por un precio más que ajustado. Tanto en su terraza con manteles de plástico de colores súper alegres como en el interior (mucho más oscuro pero genial para merendar íntimamente en invierno), se puede disfrutar de unos pasteles, quiches, ensaladas y bocadillos caseros riquísimos:)
La carta está dividida en los 4 elementos: aire, agua, tierra y fuego y tiene unas propuestas sanas y muy originales. Mis favoritas: la quiche de patata y sobrasada y la de queso champiñones y jamón, aunque también soy totalmente fan de su cous cous de la carta en forma de castañuelas que tienen para sus tapitas.
No lo sé por experiencia propia porque el Hummus no es santo de mi devoción, pero por como dejaron mis amigos el plato de reluciente, os recomiendo que también lo incluyáis entre vuestros elegidos:9 Eso y …¡a disfrutar del solete!

Shhhhhhhhh! este sitio molaaaaaaaa. Primero que todo molaaaaa mogollón su nombre o bueno al menos a mí. La primera vez que pasé por allí, me reí sola y seguí viaje. Hasta que llegó un día en que con un grupo de amigos quisimos entrar y estaba a tope. Esperamos un rato pero sieeeeeempre hay un impaciente en el grupo y decidimos partir. Me gusta la iluminación y el clima que se vive allí abajo. Parece que hay buena vibra como se dice. Algo que te llamará la atención es la puerta morada del lavabo, verás escrito con una letra muy graciosa estilo infantil que dice: Pis y Caca. Más de uno debe reir con ello. Yo soy una de ellas, claro. Te recomiendo que vayas tempranito y lo conozcas. Suena muuuuuuy bien y nada de Shhhhhhh! cuéntale a tooooodo el mundo sobre este sitio porque está muuuuuuuy guay. Volveré y seré millones. Voilà!

Llevo siendo asidua desde que abrieron en Barcelona. La verdad que su nombre hace honor porque debería ser un sitio secreto para cada uno. Es un lugar que da mucha tranquilidad, con una energía muy positiva y en un ambiente étnico. Para los que somos adictos a las infusiones tienen una amplísima carta de tés, con un cuidado especial a ésta hierva y unas quiches caseras de chuparse los dedos!!! Es una buena opción vegetariana. Eso sí, como casi todos los bares de Gracia es pequeño, no es muy recomendable presentarte allí con toda la patulea, es más un sitio que inspira a la soledad, y al pensamiento. Ahora han subido un pelín los precios pero aún sigue siendo asequible para algunos bolsillos!!!

Si te gustan las quinches de todo tipo, no dudes en pasarte por este local muy cerca de la plaza del Nord. Un espacio pequeño y semi-​subterráneo con ambiente muy íntimo y acogedor que en ocasiones se rompe debido a la música demasiado alta. Además de quinches que rondan los 4 euros, hacen otras cosas y sobretodo destacaría las tapas que se salen de lo común. Porque aquí no es fácil pedir una clásica tapa española. Por decirte algo, la última vez que fui con una amiga tomé las mini hamburguesitas y la verdad es que estaban bastante ricas. Los camareros nos trataron muy bien aunque te diré que el hecho de ir dos chicas puede haber influido en el trato que nos dieron. Las mesas son casi todas bajitas, taburetes con cojines y pocos metros cuadrados por lo que no es posible sentarse si vas mas de cuatro personas. Bueno, si no hay nadie claro que podréis sentaros pero si vas en grupo y vas a cenar, dudo que este sea tu sitio. Pero si vais dos, elegir alguna de las quiches que hay encima de la barra y la cena esta lista.

Las raciones no están nada mal y disponen de opciones vegetarianas, aunque se trate de un restaurante donde el plato estrella es cualquiera de sus bocadillos. Tienen gran cantidad de tapas, ya sean las típicas bravas como otras de aires más africanos como el humus.
El local es muy acogedor, ideal para disfrutar en pareja o en petit comité — mejor no ir en grupos de más de cuatro personas — y, aunque la elaboración de la comida y el servicio son algo lentos, vale la pena cenar aquí si se dispone del tiempo suficiente, y después dirigirse a cualquiera de los bares de la zona para acabar una noche redonda.

Lugar muy bonito y agradable si quieres comer algo junto a un par de amigos y no con un grupo grande, porque las mesas son pequeñas. La decoración y el estilo son muy relajados, con luces suaves que da una vibra así como de cueva o túnel aunque también tiene terraza, aunque la trato de evitar porque está al lado del cine Verdi y puedes llegar a tener mucha gente alrededor. Lo mejor del sitio son las quiches que vienen en porciones grandes y son a buen precio.