Lleva unos dos años abierto en el Centre Comercial Icaria pero no lo conocí hasta el fin de semana pasado. El sitio es agradable, con una decoración sencilla donde predomina la madera y los tonos suaves. También dispone de unas pocas mesas en la calle a modo de terraza. Predominan las tapas y las cocas con distintos ingredientes. Nosotros nos decantamos por un pulpo a la gallega(regulín, algo duro para mi gusto), un provolone con trufa(para mi gusto llevaba demasiada trufa, así que si no eres un verdadero amante de este hongo, mejor pídelo sin). Lo que más me gustó fue el surtido de croquetas, estaban bastante bien, vienen 6 y casa una es diferente. También pedimos una botella de vino blanco que he de decir que estaba muy bueno aunque no recuerdo cuál era, y un sorbete de lima, y todo subió unos 35 euros. El servicio es correcto, así que si estás por esa zona puede ser una buena opción. Eso sí, está en los bajos de un centro comercial. Te queda muy cerca de las torres Mafre y de todo el bullicio de la Vila Olímpica, y a escasos metros de un karaōke llamado Touch Music del que mañana haré reseña ;)