El Tasta’m es una bodeguita que está sobreviviendo a todas las injurias que uno de sus vecinos no se cansa de escupir. Por lo visto el hombre se aburre y los denuncia una vez al mes, más o menos. El caso es que Olga lo tiene todo tan correcto que el estupendo señor nunca consigue lo que quiere, cerrarle el negocio. Sin embargo, Olga sí ha conseguido que él se tome los cafes y los vermuts en su barra. Pobre, ella, no entiende nada, lo que sí tiene claro es que lo que ofrece es calidad de primera y que ni siquiera un inepto como ese se resiste a ella. Lleva un año y medio en este local y le va bien, tiene una terracita que en verano se llena de padres y niños ya que hay un parque delante. Tiene croquetas caseras, samosas especiales: de chistorra, calamar, coliflor y ajo, de atún y samfaina, de queso y avellanas, delicatessen. También hay foie a la plancha y otras cosas para acompañar tu copita. El vermut es casero y fuerte, pero bueno. Vende vino a granel, tinto y moscatel.