Otra más de esas franquicias(en Barcelona hay dos locales) que ofrecen cafés algo mejores que la mediocre«cafetería estándar española»(eso está chupao), a costa de elevar un poco los precios. Latte, capuccino, espuma abundante en el cortado… pluses que pillas si entras aquí y no al «Bar Manolo» de turno. Aparte, este establecimiento tiene una agradable terraza pegada a la del popular Ramonet, unos bocatas que no están mal, hacen zumos, granizados… y el personal, pese al curro que se pega, es bastante agradable.