Viblioteca

A bit of a tourist trap… Wine not that good and waitress more interested in chatting among themselves than attending clients.

The food was good, the atmosphere was decent. Booking are required.
The problems got the better of us:
The food portions are designed for four, but seating is for 2. Most of the tables are 2 people tables, turned to try and fit four, so it would be a little cozy if you are 4.
We were the forgotten table in the corner, next to toilets. Asked for the bar, and told no, yet the sets of seats at the bar remained unused the entire time.

La Vivlioteca es de esos lugares que te guste o no será uno de tus recuerdos de Barcelona. Personalmente lo encontré bueno, pero no lo consideraría para ir de manera frecuente.
En términos de comida es necesario separar dos aspectos. La comida de la carta está bastante bien: platos interesantes y bien hechos, pero al usar productos que no están en temporada no deberías esperar sabores memorables. Otra historia si lo tuyo son los quesos… y si no es lo tuyo te lo recomiendo igual. Tienen una variedad de quesos tremenda y es perfecto para probar variedades que ni sabías que existían. Por ejemplo, me pedí un queso nivel «medio» en términos de saber y la verdad es que casi me caí de lo fuerte que era. Disfruté mucho la posibilidad de incursionar en un mundo que ciertamente no está abierto al publico común.
Los vinos, un gran punto a favor! Los precios son razonables, ni caros ni baratos en comparación al sector. La variedad y selección de vinos es lo que está muy por sobre la media del sector. Encontrar un Lalama en este lugar me sacó uno que otro euro, pero la sonrisa no me la borró nadie.
En fin, lo recomiendo para los fanáticos de los quesos, los que tengan ganas de probar cosas sin descartar morir en el intento, y al que esté abierto a que elijan tu pedido.
Te atenderán muy bien y te recomendarán mejor.

He estado solamente en un par de ocasiones, pero está bien si te gustan los vinos de calidad y variados.
Es un local muy pequeño y por eso no me acaba de convencer. Encontrar mesa es muy difícil si vas a según que hora, pero tiene la ventaja que puedes reservar mesita. Eso, eso, mesita… yo calculo que no deben de caber más de 15 ó 20 personas, aunque si tienes suerte de sentarte, la carta de vinos está muy bien y tienes la opción de pimplarte una botella entera o por copas. Eso si, obviamente la carta de vinos por copas es relativamente reducida y la cambian periódicamente.
Creo recordar que los dueños son franceses, pero no pondríà la mano en el fuego.
Tienes tapitas y quesos, pero si quieres disfrutar de buenos quesos yo recomiendo el Divinum de Girona. Lástima que Girona quede un poco lejos.
Es recomendable para hacerte unas copitas, pero si quieres cenar, mejor otro sitio.
Breve pero intenso… como una reservita :)

Yo no suelo tener ni joda de vinos y sólamente sé decir eso de «me da ardor» o «¡qué dulcito es!», así que un buen día decidí entrar en la Viblioteca, medio por casualidad, para ver qué dan de comer. El primer golpe cuando entras es de medio exclusividad, porque es pequeño, tiene 4 mesas cagás y ahí se estila bastante lo de cenar en la barra.
La verdad es que no estuvo mal porque mi amigo y yo nos aposentamos en la barra frente al propietario, Cedric, un francés con cara de serio, que luego resulta ser un hombre muy majo y amable.
Nosotros pedimos la comida y él puso el vino. Lo suyo es que te dejes aconsejar por quien sabe, porque así uno aprende.
La carta es variada aunque se basa especialmente en ensaladas, embutidos y quesos, que es lo que realmente le va mejor al vino.
Todas las raciones son correctas aunque la tabla de embutido es algo escasa… será que mi familia es castellana y somos mucho del «embutir».
El precio ronda los 15 € por persona en una cena informal y quedándote saciado (no es plan de hincharse, que luego vienen los reflujos, ¡oiga!).
Es un lugar recomendado para amigos con derecho a roce, parejitas en sus buenos inicios o para tirar la caña a muerte y conseguir pillar cacho. Una divinidad para el cuerpo, vamos.

Una tarde en la Viblioteca es como pasar una tarde en el congelador: solamente el aspecto ya hace tiritar de frío. Es un local hierático, abúlico, con un aire escandinavo. Uno se mueve ahí dentro con la misma inexpresividad con la que los personajes en una película de Dreyer cruzan una habitación y abren una puerta. Es un local desangelado pensado específicamente para el regocijo de catadores, expertos y enólogos. Es un bar para que los que saben de vinos puedan lucirse, y hacer sus combinaciones con los quesos apropiados, y así impresionar al personal. Como hoy en día este tipo de saber va muy cotizado, el local suele tener clientela. Es recomendable salir informado de casa, o por lo menos haber pescado cuatro nociones que nos permitan sobrevivir en el mundo de los vinos, para no correr el riesgo de quedar en evidencia y pedir algo que todo el mundo sabe que combina mal. Hay que ir con cuidado en la Viblioteca, con pies de plomo, los ojos bien abiertos y una lista de vocabulario en el bolsillo, por si acaso.

Me encanta el queso y el buen vino… por eso siempre que puedo me escapo a la Viblioteca. Con V, sí. Con V de vino… Este pequeño restaurante tiene un surtido de quesos que ni en las mejores queserías de Francia. Lo mejor es dejarse aconsejar por la simpática morena que lleva el local. Da igual que no sepas el nombre de un queso, seguro que sabes especificar si te gustan cremosos, si te gustan fuertes, suaves, de cabra, de vaca, de obeja… Y sí, efectivamente el local huele a queso (que no a pies). El pan tostado con aceite para acompañar el surtido de quesos roza casi la perfección y las ensaladas son muy «chic».

La viblioteca — auf Deutsch etwa ‘Die Weinbibliothek’ — ist die große Schwester von La Baignoire.
Auch sie ist über die Haltestelle ‘Fontana’ der grünen L3 oder die Haltestelle ‘Joanic’ (Ausgang C/​de l’Escorial) der gelben L4 erreichbar.
Sie wurde im Dezember 2008 unter der Leitung von Yolanda Villegas (Sommelieuse) und Cedric Peraut eröffnet und sofort sehr gut vom Publikum angenommen.
Das Konzept von La viblioteca ist nicht ganz einfach zu beschreiben, denn hier kann man hervorragenden Wein und Sekt aus ganz Spanien mit einem gewissen Schwerpunkt auf die Erzeugnisse der regionalen Produktion (Bagès, Penedès etc.) sowie eine begrenzte Auswahl sehr, sehr leckerer Tapas probieren, aber auch Weinproben durchführen. Das Interieur ist mit Weiß als dominanter Farbgebung eher kühl gehalten. Die Wand gegenüber vom Tresen hat die Aufmachung eines Bücherregals, aber eben mit Weinen. Dazwischen stehen immer wieder Weinführer, die sich der Gast auch ruhig ansehen kann. Die Zahl der Weinführer ist noch relativ beschränkt und könnte erweitert werden, was auch angedacht ist.
Die Weine haben ein gutes Preis-​Leistungsverhältnis und wenn man nicht weiß, welchen man wählen soll, wird man nett und fachkundig beraten. Die Auswahl sowohl an Weinen als auch an Tapas ist um Einiges umfangreicher als bei La Baignoire, sodass man hier durchaus den Abend, und zwar den gesamten, verbringen kann. Ähnlich wie bei einem Besuch von Markthallen wie der Boqueria gilt aber auch hier, dass man nicht mit Heißhunger eintrudeln sollte. Die Tapas (Käse und Schinken sowie Terrinen allererster Kategorie) sind unverschämt lecker, aber eben — wie Tapas sein müssen — auch klein, dass sich eine hemmungslose Schlemmerei zum Bekämpfen von ausgewachsenem Hunger ganz schön summieren kann, und zwar nicht nur im Kalorienspiegel, sondern auch auf der Abrechnung.
Ich habe La viblioteca kurz nach der Eröffnung besucht und war sehr angetan. Die — vielleicht etwas zu gut ausgeleuchtete — Atmosphäre ist zwar gepflegt, aber nicht hochnäsig, sondern völlig entspannt, familiär und persönlich, und wir haben uns rundum wohl gefühlt.
Gute Nachrichten für alle, die Rauch nicht mehr riechen können: La viblioteca ist ein Nichtraucherlokal. Diejenigen, die zwischendurch ihrer Sucht frönen müssen (wie ich zum Beispiel), gehen ganz einfach vor die Tür. So einfach ist das.