És la meva peluqueria, hi vaig sempre des de fa uns anys. Contentíssima és poc. M’encanta com ho fan, com m’escolten per saber què vull i com em tracten. Un 10.
Sharon A.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
Tenía una boda y decidí darle una oportunidad a esta peluquería del barrio. Fui unos días antes para hablar con la peluquera que me iba a hacer el recogido y me asesoró tanto por mi estilo, el vestido que iba a llevar, etc. Decidí hacerme un recogido con trenzas ya que ahora están de moda. El día de la boda quedamos a las 9 de la mañana y enseguida me cogieron para lavarme, no sin antes enseñarme dos cabezas de maniquí donde había practicado un par de peinados con trenzas, todo un detallazo por su parte. Me lavó solo con champú, sin acondicionador ni mascarilla ya que con mi tipo de pelo así el recogido aguantaría más. Una vez sentada en el tocador me secó el pelo con el secador y luego me fue pasando la plancha. A la chica se la veía con mucha maña, sabe peinar bien. No obstante, el recogido final que me hizo no vi que tuviera mucho que ver con el peinado que le enseñé en la foto, aunque no creo que fuera su culpa, igual mi tipo de pelo, mi fisonomía, mi color de cabello… no hacían posible que saliera igual que en la foto. En fin, yo no me supe ver y le pedí que me lo deshiciera y me peinara con melena suelta… Me hizo un apaño y no me quedo para nada mal. Creo que volveré a ir en breve para ver qué tal hacen los cortes, las mechas, baños de color, etc… pues me veo la melena muy apagada y me gustaría darle un toque de color. El local está muy bien, amplio, decorado con gusto y usan productos de calidad. A mi el lavado con secado y recogido me costó 30 y algo euros, por lo que creo que la relación calidad-precio está muy bien.
Daniel N.
Évaluation du lieu : 2 Barcelona
Cortar con todo, no siempre es una buena decisión. Necesitaba un corte, pero más que de cabello, un corte general. Con todo, con lo que odiaba y con lo que amaba. Más que mis 15 minutos de éxito, necesitaba, un corte radical en 15 minutos. Ya era suficiente, estaba harto que me tomaran el pelo. Desesperado, llegué a la Pelu de Gracia, no sé si tenía el cabello largo o corto, pero para mí un buen corte, siempre es bienvenido y relajante. El placer que me toquen la cabeza es impagable, sobre todo en situaciones de alto stress, como en la que me encontraba en aquel momento. Así que me senté en el sofá, cogí una revista y observé lo que había. Paciente esperé. Un chico con pinta de okupa, grunge y lleno de tátus, me atendió. Yo le dije, con mi cara un tanto acojonado, «Hey nen, que yo sólo quiero un petit corte y ya está, no te mates mucho«, y mirándome a la cara, con sus largas mechas que le tapaban la boca, me dijo convencido: «Cap problem, noi» Al ver que el tío, no me hizo mucho caso, me encomendé al Santo de los pelos, que no tengo ni idea como se llama, y clamé al cielo porque todo acabará bien . El tío sacó sus tijeras y al mejor estilo«Eduardo, manos de tijeras» se cebó con mi cabellera. Me sentía como uno de esos frondosos arbustos que Eduardo se carga en los jardines de la American way of life. Al finalizar esta explosión de testosterona capilar, vi al chico feliz, extasiado, como si hubiera tenido el mejor orgasmo de su vida. Giré mi cabeza con miedo, no me atrevía a ver lo que este peluquero había hecho con mi cabeza, cogió un espejo y me lo puso por detrás, y en tono, seductor, me preguntó: ¿Te gusta?, yo, sigilosamente y de reojo, miré el espejo, se produjo un momento reflexivo entre él y yo, una pausa eterna, él esperaba la aprobación y yo no sabía qué decir al verme con la cabeza rapada y sin un solo cabello. Salí de la Pelu y una fuerte sensación de frío invadió mi cabeza, era un frío de esos que nunca había sentido, de esos que te hacen sentir vivo, diferente. Al llegar a casa, tuve la sensación que durante mucho tiempo nadie me volvería a tomar el pelo. Yo quería un corte radical y él lo hizo.