En mi criterio es un local malísimo, cero simpatía, la comida me pareció muy mala y cara para lo que es… En cuanto a la decoración verdaderamente un despropósito, no entiendo si quisieron hacer un parque temático y se quedaron sin presupuesto… La verdad no se como aguanta abierto porque nunca veo a nadie y mira que es grande el local
Sira S.
Évaluation du lieu : 3 Sabadell, Barcelona
Si estás por la zona prueba el menú de mediodía por 8 euros. También tienes el menú para dos por 30 euros aprox. Y podrás ver baile de la danza del vientre. Ideal para grupos.
Eugenia T.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
El Arwad, con nombre de pueblo isleño, es un restaurante que mezcla gustos del Líbano con Grecia. Pero su aspecto es Las Vegas en su totalidad. El cartón-piedra parte la pana. La cocina es básicamente mediterránea. Puedes elegir entre el oscuro interior, parecido a una atracción de feria, o su luminoso exterior, terracita en la Rambla del Poble Nou. He estado una vez, supongo que no le hago justicia, pero tardaron un montón en servirnos. La comida rica, rica. Sírveme una buena salsa de yogur y un tabulé, estoy perdida, rendida a tus pies. Una maravilla. A parte, me gustaría comentar: les hicieron una reseña en un periódico catalán y se confundieron tanto en el nombre como en la dirección. Ya les vale. Tengo el recorte entre mis manos.
Borja B.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Libanés, griego y cocinas más o menos limítrofes en lo geográfico y en lo cultural en La Rambla entre Ramón Turró y Llull. Algunos platos no poseen nada más allá de lo habitual en este tipo de restaurantes, que a veces pecan de homogéneos, de fotocopias los unos de los otros, pero hay recetas que cuando están inspirados, realmente se salen: musaka, cordero con couscous… Eso sí, mejor no pedir vino libanés si se tiene un poco de interés en mantener el estómago a salvo.
Abel F.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
El Arwad me parece un restaurante injustamente olvidado. Quizá es por culpa de la extraña tipografía de su cartel, que parece de una tienda de electrodomésticos; o de la decoración interior, que en su día debieron afrontar con más entusiasmo que buen gusto. Pero el caso es que en este restaurante no parece haber nadie casi nunca. Lo cual es una lástima, porque sus especialidades griegas y libanesas están para chuparse los dedos, y a unos precios que no están nada mal. Por si eso fuera poco, los viernes y sábados suelen hacer unas exhibiciones de danza del vientre que están muy curiosas. Es un sitio ideal para ir a comer en grupo, porque es muy espacioso, te atienden rápido y bien, y además mantienen entretenido al personal.