Soy muy fan de estos bancos largos de cemento situados en la playa de la barceloneta. Dependiendo de la hora en la que nos encontramos podemos usarlos de diferente manera. Por ejemplo, muchas veces he venido con libro en mano para relajarme leyendo, mientras escucho el sonido del mar. Otra de las razones por las cuales me gusta venir, es para poder quitarme este blanco nuclear, sentarte una horita mientras tomamos el sol es ¡moreno asegurado! Y por último mi plan favorito, venir una noche de verano sentir el fesquito del mar y contemplar las estrellas.(Digo verano porque como vengas una noche de invierno, puede que te quedes allí congelado)
Juan P.
Évaluation du lieu : 5 Barcelona
Situado en pleno Passeig de la Barceloneta, este lugar es una delicia para los que gusten de abandonarse mirando al mar a cualquier hora del día. La serie de bancos de piedra están situados al pie del malecón que corta en dos la playa, con capacidad individual o para dos personas, todos y cada uno diseñados para extender las piernas y relajarse en un ínterin de un paseo por los arenales. La idea original de abstraerse con la visión y sonidos del mar ha quedado un poco desvirtuada por culpa del conjunto de equipamiento gimnástico que han situado enfrente, que tapa parcialmente las vistas y te obliga a contemplar más torsos musculados que olas. Pero eso no quita que entre la jungla de bíceps uno al final encuentre la ruta que marcan los rayos del sol y viaje mentalmente hasta un horizonte que parece poder acariciarse con la punta de los dedos. Si a esto añadimos que aquí fui protagonista de una historia de amor frustrada con una sueca que me quería como su Alfredo Landa particular, pues tenemos la dosis de romanticismo añadido… por cierto, que aún me pregunto porqué me preguntó si yo era sueco ¡en inglés! ¿No debería haberlo hecho en sueco? No, si al final va a resultar que la chiquilla quería «tema» y yo fui bobo de no mostrar mi «encanto latino» –bueno, atlántico– en su plenitud. En fin, el tiempo lo cura todo :)