Évaluation du lieu : 4 Esplugues de Llobregat, Barcelona
Pero lo mejor no era eso sino el servicio«personalizado» donde conocías a todo el servicio y se estaba muy bien
Álex R.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Escuché por primera vez aquello de que la Facultad de Derecho era el único bar con facultad antes de entrar en la universidad, y pude comprobar, una vez en ella y en mis propias carnes, como ese bar engulle al personal e impide, con sus campos de fuerza y su magnetismo, que el alumno pueda asistir a clase. Siempre hay alguien dispuesto a comentar la jugada, a tomar una cerveza o a tumbarse en la hierba y tomar el sol. Los primeros años de carrera, gracias o por culpa de ese bar, son un descubrimiento de las propias limitaciones, y un aprendizaje en ocasiones dramático acerca de las posibilidades de domesticarse a uno mismo, en el mundo de los placeres. Con el tiempo, y a medida que los amigos van abandonando la universidad para inserirse en el mundo laboral, uno termina poniéndose serio, más que nada, porque la broma hace demasiado que dura, y el tema de la repetición constante de asignaturas empieza a hacerse cansino. Los últimos años el bar queda relegado a un segundo plano. Acabé licenciado y con un título firmado por su Majestad el Rey de España que acredita mis conocimientos, aunque lo que realmente aprendí allí no tiene necesariamente mucho que ver con el negocio jurídico o con el problema de la titularidad de las acciones tendentes a promover la incapacitación.