Hora del aperitivo un día de playa, mucho calor y muchas ganas de refrescarse. Total, decidimos tomarnos unas cañas y unas bravas, la tapa que siempre nos sirve para tener una idea de la calidad del local. Debo decir que la relación calidad/precio de las bravas en comparación al resto de locales de la zona es la mejor para mi. Nos tomamos nada más pero si vimos las mesas de alrededor comiendo otras tapas con excelente pinta e intuyo que buenas porque nadie dejaba nada. Creo que es un local que no hay que dejar de visitar en la zona, se nota que es un bar de barrio de toda la vida, y esos son los mejores en esta zona, huyendo de los negocios que se orientan más al turismo
Mark F.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
Tienen estrella galicia a 2 euros y varias tapas. cerca del mercado de la barceloneta
Maya N.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Simplemente me ha encantado, poco más que aportar después de las críticas anteriores, Bar auténtico, bombas caseras, tapas típicas de toda la vida, no muy pretenciosas pero auténticas. Caro, pero interesante
Jad A.
Évaluation du lieu : 2 Brisbane, Australia
Possibly the worst place we’ve tried in Barcelona, that I had to review it, despite the fact I have other good experiences that i have to write about. The one redeeming factor is that the price here is not expensive considering its location within a touristy area such as Barceloneta. Service is really poor. No friendly smiles, no emotion at all. Its possible we were served by a robot. One dish came out too late after we had finished with the other two. We ordered the ham croquettes, codfish fritters, & the fried squid was the late comer. The croquettes were ok, the codfish was bland & the squid was average. Sometimes it doesnt pay to take a chance. Oh well. That’s life. I would probably avoid this place, thankfully I never have to come back here again.
Adrian S.
Évaluation du lieu : 2 Salt Lake City, UT
Possibly an authentic experience, not so satisfying from a gastronomy perspective. Simple food, quick to prepare, all involving some sort of frying of fresh [I hope] seafood or meat. As long as you don’t pay attention to details and you’re not fussy, you’ll get a full belly for a decent price in one of the touristy areas of Barcelona.
Sharon A.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
Un bareto de barrio de la Barceloneta con una pequeña terraza, perfecto para tomar algo por la tarde en verano pues no da el sol y se está muy bien. Los precios son mucho mejores que los de otros establecimientos de la zona más guiri, así que merece la pena adentrarse por las callejuelas del barrio para poder sentarte en este bar. El trato es bueno y te atienden rápido, y se respira un ambiente de «gent del barri». Está a escasos metros del Bar Leo, así que si vas un sábado no olvides pasarte por uno de los sitios más míticos y auténticos de la Barceloneta.
Francisco G.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
Buenas tapas, buenos precios, en una calle tranquila muy cerca de La Barceloneta. Es un lugar ideal para vivir esa experiencia«de barrio» aún estando tan cerca de territorio guiri. Me gustó ver que el dueño,(sorpresa! se llama Ricardo!) se sienta con algunos de los clientes para charlar un rato… da buena impresión ver que los propietarios interactúan con la gente y les interesa su local, más allá de verlos como una máquina de hacer dinero. Recomendado.
Cristina M.
Évaluation du lieu : 5 Barcelona
Esencia pura del barrio de la Barceloneta. Este bar tiene el gran atractivo de estar en una calle peatonal, en pleno auténtico barrio barcelonés. Un lugar de referencia para venir a tomar algo en la tranquilidad de una noche primaveral o veraniega, o para un vermú de domingo o unas tapas en toda regla. Y la banda sonora que acompaña a este lugar sería, sin ninguna duda: «Sabor de Barrio» de Gato Pérez. Preguntad si la mujer de Ricardo está cocinando, y no dudéis en pedir unos pulpos a la gallega, unos mejillones con tomate o unas gambas a la plancha. Especialmente si te has criado en alguna barriada del extrarradio, este bar te resultará muy familiar, y querrás volver, seguro. «Sabor de barrio, tesoro antiguo, verso en la calle…».
Alicia Á.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Tapas, fritanguilla y cañas a tutiplén. Hay un gesto del dueño cuando vigila la terraza que me encanta: el mirar concentrado, cual vigilante de playa vela por la seguridad de los bañistas. Él nos mira… Bueno, que no nos mira a nosotros, que mira si nuestros vasos están vacíos. Y a mí me parece maravilloso, porque me recuerda al bar de mi tía donde nadie te da una tregua para poder irte antes de terminar una caña y beber otra más si no lo has avisado con suficiente antelación. Terraza. Cigarro en una mano y caña fresca recién servida. Mi integridad está a salvo.
Paula M.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Lugar muy de barrio con su imagen de la Virgen del Carmen bajo la tele, su canario cantor junto a la máquina de tabaco y una terraza de cuatro mesas y dos barriles. Para mí estará siempre asociado con un amigo al que un día me encontré sentado en esta terracita(un día extrañísimo en el que sólo estaba él en la terraza, por lo general siempre ocupada por vecinos — de cerca o de lejos– picoteando bravas y pimientos), con una caña desnuda en la mesa, leyendo Bartleby y Compañía de Vilamatas. Acababa de volver de un viaje de vacaciones a NYC, ciudad que siempre había idealizado y adorado, en la que soñaba vivir, de la que poseía en su mente una inmensa colección de planos cinematográficos y capítulos literarios. Me dijo que estaba profundamente desencanto con el viaje. Defraudado, decepcionado. New York es un decorado gigante, es una mentira, una trampa para románticos. La culpa es de Lou Reed, de Sorsese, de Boody Allen y de Paul Auster. O sea, de la tele. Básicamente, durante su visita esperaba que los títulos de crédito cayeran sobre su cabeza cada vez que volvía al hotel. Entonces nos quedamos callados y Casa Ricardo, con su Virgen del Carmen, su canario cantor y su terraza de cuatro mesas y dos barriles parecía lo único real en el mundo. Y, en ese momento, el camarero salió a limpiar la mesa de al lado, cambió su cenicero limpio por otro limpio y nos echó una miradita como para confirmarnos que, al menos él, sí existía y ahí estaba. Luego se fue. Ahora, este colega está casado con una neoyorkina(por cierto, actriz) y vive en Brooklyn, muy cerca de dónde vive Paul Auster. Y yo sigo en esta única realidad posible, que es Casa Ricardo, sosteniendo uno de sus barriles con mi caña y mis gafas de sol.