L’Electricitat

LOVE this place! I make a point to stop here each time im in town. simple, delicious, and unassuming. The charming staff are welcoming and happy to make recommendations for the language impaired (it’s a real locals joint, so you won’t find an english menu). If you’re lucky, the owner will give you a lesson in wine drinking.
Wish L’Electricitat was in my neighborhood!

Ce qui est remarquable c’est cette énorme différence entre les établissements se trouvant sur le bord de mer et ceux dans les rues de Barceloneta. Si vous né recherchez pas forcement une terrasse et être dans la foule, une visite de l’un des établissements hautement authentiques de ce village de pécheurs est plus que recommandable. Certes on n’y ira pas pour s’éterniser mais assurément pour y manger l’une des cuisines les plus authentiques qu’il soit et parfois ce sont des moments tout simplement inoubliables que vous pourrez y vivre comme par exemple la dernière fois à la «Cova Fumada «.
Mais cette fois-​ci le choix s’est porté sur un autre de ces incroyables établissements appelé «Bar Electricitat «. Bar effectivement mais aussi table et vente de vin à l’emporter. Cette Bodega sert généralement du Vermouth que plus ou moins tout le monde prend et qui en plus est amené en bouteille d’un litre. Chacun se servant ce qui lui fait plaisir… on paie après.
Au coin d’une rue, rien né laisse présager ce que l’on y trouvera à l’intérieur. Un bar majestueux et quelques rangées de tables de fer forgé et marbre où l’on s’assied en fonction des disponibilités. Dans le fond l’ensemble des tonneaux depuis lesquels le vin est tiré pour une consommation immédiate ou à l’emporter à des prix inimaginables… Moins de deux euros le litre…
Sur les piliers, les mets chaud ou froids qui sont proposés au jour le jour.
A côté du bar une petite cuisine où les plats chauds sont finalisés. C’est ici que l’on peut se régaler avec de la cuisine simple, locale et magnifiquement préparée. Certains plats viennent directement d’une vitrine frigorifiée et d’autres de derrière.
Les frigos en bois sont magnifiques et probablement n’ont jamais changés… comme d’ailleurs le reste du mobilier qui doit dater de la date de la fondation en 1908. D’ailleurs le nom de l’établissement serait lié au fait que l’emplacement fût la centrale électrique du quartier au préalable.
Et l’instant le plus incroyable c’est ce serveur qui chantonne à tue-​tête malgré le bruit de la foule, qui presque avec excitation passé entre les rangées de tables, qui veut s’assurer que vous ayez correctement choisis vos plats et tout ceci en vous parlant très rapidement… On aurait presque envie de lui faire totalement confiance tellement il a l’air d’être sûr de lui…
Pour démarrer des poulpes saupoudrés de paprika sur des pommes de terre chaudes. Probablement à la galicienne, elles sont tendres comme dans peu d’endroit. Un régal…
Je né suis pas trop amateur de grosse friture mais ici les beignets de morue sont magnifiques et digestes.
Le pain à la tomate est plutôt quelconque mais l’omelette aux fruits de mer est délicieuse, farcie avec des crevettes et des alevins d’anguille, les «angulas «qui sont ici une délicatesse.
Et pour terminer quelques anchois plutôt différents d’ailleurs car ils sont en même temps salés et vinaigrés. Servis avec de bonnes olives vertes.
Et avec ce repas, du blanc qui arrive au litre comme le vermouth et que l’on paie en fonction de sa consommation.
Un autre de ces endroits tellement authentiques où l’on a l’impression que le temps s’est arrêté et qu’il né faut surtout pas manquer si vous souhaitez vivre un moment unique à Barceloneta.

Uno de los clásicos de la barceloneta que solo baja un poco el nivel en momentos de máxima afluencia y porque justo enfrente está el templo de la barceloneta (cova fumada).
A resaltar la ensaladilla de cangrejo, imprescindible pedirla.

Por fiiin! Hoy he conseguido acercarme a este mítico bar de la Barceloneta y puedo corroborar que todas las reseñas y comentarios que había escuchado son ciertos. La ensaladilla de cangrejo sublime, la tortilla de patatas, el lacón, los huevos rellenos de atún y mayonesa, el pan con tomate… Pero lo mejor, sin duda, el camarero! Que arte por Dios! Sitio que me guardo en «favoritos» para ir una y mil veces :)

Hasta que no lo descubran los guiris seguirá siendo barato y muy de barrio. Una de las mejores ensaladillas, pero de cangrejo, excelente tortilla de patatas, buen bocata de lacón después de una pasada por el bar de la Leo y muy de barrio.
Opción de plato de conservas también sale bien y el vaso de caracolillos de mar pues también típico. No pediríà la bomba pero sí las alcachofas rebozadas, casi todo es frío, para caliente acercaros al lado a Cal Papi.
Un superfan. Reiros con el camarero un rato, no de él!

Volver a Barcelona y repetir la deliciosa ruta de tapas por la Barceloneta: sol, playa y buen ambiente garantizado. Y en este tour de tapas no puede faltar nunca L’Electricitat.
Suele estar a rebosar siempre, pero los camareros audaces y espabilados te encontrarán un hueco. Imprescindible su vermut con la ensaladilla de cangrejos, el delicioso lacón con pan con tomate, las cañaillas con el aliño de aceite que he intentado varias veces imitar en casa, los buñuelos de berberechos… Un surtido de tapas con aire marinero y andaluz. Deliciosas.

Vermuth y tapeo co los personajes de la barceloneta, empezando por el dueño que va muy acelerado pero atento.
No vas aquí para descubrir tapas originales sino para disfrutar del ambiente.

En la ruta de bares x la Barceloneta no puedes dejar de pasar x el electricitat! Te pides la ensaladilla de cangrejo y vermú para todos con los q vallas. Te dejan aquella botella de cardhu rellena. Y si el camarero ves que coge el timón y te quiere guiar. Simplemente déjalo y aparta las ganas de controlarlo todo. Te sorprenderá! Pese ser un lugar sencillo tiene el encanto de los bares de toda la vida.

This was my first destination when I arrived in Barcelona. It’s nice hanging out with a local. They know their neighborhood, they know the good spots like this one.
Vermouth made there presented in a clear unmarked bottle, barrels of cheap wine, the perfect liquids to whet your appetite. We had vermouth, anchovies, and a Catalonian omelette with tomato smeared bread. Surprising myself, I actually enjoyed the anchovies. For me, they almost had the consistency of grated Parmesan. Strange, I know.
It’s a great little place on that corner. It was also fascinating watching one of the main guys there demonstrate how to pluck sea snails from their shell.

La ensaladilla de cangrejo (en realidad es surimi cutrillo) es la hostia, no tengo ni idea de como la hacen, pero está flipante; sobrettodo, que os expliquen como se unta con el pa amb tomàquet. Obligatoria la tortilla de patatas, el lacón, las cañaíllas y el vermut a granel. Si no te importa que esté siempre a reventar, codo a codo con la peña y tal, te vas a quedar a vivir aquí.

Pim-​pam! así va todo en L’Electricitat :) Sobretodo si te dejas aconsejar por el camarero, lo cual resultó ser muy buena opción.
Pedimos bebida y unas bombas, ya que nos habían aconsejado que estaban muy buenas, y tras dudar un poco en lo demás, el camarero nos convenció en unos segundos para que pidiéramos tortilla de patatas y lacón, todo ello acompañado de pan con tomate. Una delicia! Pan recién hecho, bien untadito de tomate y aceite. ufff, ahora mismo me comería una ración de esas!
Las tortillas un poco blanditas de dentro, pero melosas, vamos que me cae la baba al recordarlo, jajajaja. Eso sí, pensábamos que eran más pequeñas y cuando nos vimos todos esos platos sólo para merendar, nuestra cara fue un cuadro. Pero resulta q no dejamos una migaja jajajaja.
Para la siguiente ronda de bebidas el camarero nos aconsejó el vermuth casero del local, que también resultó estar muy bueno.
Nos salió un poco caro, pero con el estómago lleno no lo vimos tan mal :)

En el Electricitat todo transcurre muy deprisa. Las esperas por encontrar mesa se pasan volando. Las cañas te las bebes al vuelo, las tapas compartidas desaparecen en nada y el tiempo que puedes pasar aquí es el que emplearías en visitar tres bares distintos.
Pero el que va como una moto es Koki, el camarero, el doble de Robert de Niro. Qué energía, qué destreza, qué manera de mantener tres conversaciones a la vez, servir cañas y gritar sin parar ni sofocarse. Un portento digno de ver en directo.
Los domingos por la mañana son los días que más disfruto este bar. Un clásico del circuito de la Barceloneta. Vermút de barril, tortilla de patatas, anchoas y lacón. Lo mejor cuando lo vistan los gitanos y empiezan con sus rumbas y todos los allí presentes nos dejamos contagiar por su alegría cantando al unísono. Imapagable e imprescindible.

Me pone mucho calentar motores de saturday night en una tarde de barceloneteo a lo loco. Ir de un sitio a otro sin que te cueste más de cinco minutos andando llegar al lugar en cuestión.
El servicio de L’Electricitat es mítico, genuino y de traca. Y me encanta cada vez que hay propina y se toca la campana porque –no sé la razón– pero anima a los presentes a montar jarana.
El trato es tan cercano que si ven que alguien se une a la cena a última hora y sin avisar, le sacan algo de rápida preparación, aunque cocina ya estuviera con los fogones prácticamente limpios. Como en casa.
Cuando hemos cenado aquí, hemos terminado bailando por sevillanas. Entre la alegría que reparten dueños y empleados y la que te sirven en copa y con sabor a pacharán, terminas saliendo del bar con el convencimiento oportuno de que será una gran noche.

Yo estoy convencida de que el nombre del local responde al temperamento de su dueño. Es más, seguro que este hombre podría iluminar no sólo su propio bar, si no el no el barrio entero con su energía interna. Para mí es el bar de los partidos del Barça en la Barceloneta; por su óptima combinación de rostro aborigen y extranjero, cañas y tapas a precio amigo, tele grande (que luego desaparece), cercanía y, por su puesto, por su ambiente fulgurante en el que tu móvil nunca se quedará sin pila.
Hay que destacar la buena mano de las señoras cocineras en su tortilla de patatas, ensaladillas y otras delicias de voltaje encebollado, aliñado o en escabeche.