Buen chocolate a la taza y por lo que mis acompañantes digeron un capuchino con canela muy rico. Eso si esta vez tengo que reconocer que a los churros les faltaba algo y no me refiero al azucar que libremente te puedes poner a tu gusto. Nos sentimos un poco culpables de estar mirando a las personas que hacían cola y pese a que en ningún momento nos dijeron nada acabamos por trasladarnos a otro local donde poder estar tranquilas y hablar sin prisas. No me fijé bien pero diría que el nombre del establecimiento ya no es el mismo… lo comprobaré cuando pase por delante de nuevo.
Ramon G.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Estupenda churrería, tenen un xocolata per chuparse els dits, i els xurros els millors del barrí.
Jewel Y.
Évaluation du lieu : 5 New York, NY
During my long 8hr layover in BCN on the way to Italy, I contacted my Catalan friend and asked him to take me to his favorite churreria. He took me to this really local churreria far away from the touristy area and swore that this is the best one that he knows. When you enter the churreria, you can see the guy deep-frying the dough which reassured me that this is all fried to order and is going to be authentic and fresh. The waiting time was short and they served simple traditional churros with thick delicious hot chocolate. It was done right with just flour, water, and salt. Crispy on the outside and soft on the inside, and had the right consistency. None of that fake cinnamon fried dough stick stuff, this is the real deal!!! I savored every bite because I didn’t know when I’ll get to eat authentic churros again in near future. I thank my friend for taking me there and making my day. Churreria Marisa es una pasada!!!
Cristina M.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Oda al churro. Agua, harina, levadura en polvo y sal. Pasar la masa por el artilugio que da esa forma en relieve tan apreciada y freír en abundante aceite. Rociarlo con azúcar y envolverlos en las míticas papelinas de cartoncillo. Esto y un poco de chocolate caliente, si se quiere poner la guinda. El cielo y esto, no distan mucho. Sobre todo después de una noche de juerga, ¿verdad? O un sábado tranquilo con ganas de darse un homenaje. En la churrería chocolatería Marisa, muchos hemos hecho cola, con la gracia de esas horas intempestivas que combinan a los noctámbulos con las iaias que acaban de despertarse. Y todo esto: en el popular barrio de Sant Andreu.