Dolso

The interior is super super cute, pretty wall with cupcakes and french macaroons drawings hanging on the wall. The pastries are covered by glass. I only tried its cuppuccino and chocolate croissants, which is very nice.
A perfect place for girls gathering/​date spot in the middle of Barcelona!

El Paraíso de la glucosa está en la Calle Valencia. No en vano, Dolso está puerta con puerta con Cornelia&Co, otro lugar a evitar si tienes una dieta estricta, y muy recomendable si eres de los que aprecia más que nada en el mundo los pequeños placeres de la vida bien envueltos en azucar y calorías.
Más recogidito que su local vecino, ya desde su nombre evoca todo lo que habita en su interior: dulzura elevada a la enésima potencia.
Su escaparate es coquetón y muy llamativo, desde él sus cupcakes parecen susurrarte «entra y cómeme», y su interior con papel pintado barroco y mesas perfectamente estructuradas invita a pedirlo y probarlo todo. Yo de momento no he podido salir de sus Lemon Pies… siempre que voy cae uno o dos. El merengue es perfecto, el limón delicioso y la crostita con un tueste ligero y crujiente.
Qué hambre me acaba de dar…
Mañana voy.

Le tenía echado el ojo a este restaurante hacía tiempo, pero nunca llegara a entrar porque siempre estaba abarrotado. Ahora en el que no se cabe es el que tiene al lado, el Cornelia and Co. Modas pasajeras dirán algunos. Por fin entré en el Dolso, pero de rebote, una tarde-​noche que iba camino del Cornelia.
Mi intención era comer un plato caliente, pero entre que eran las 7 de la tarde y ver su carta repleta de postres decidí hacer una merienda-​cena a base de dulces. Me comí una especie de tarta de chocolate blanco con frutas del bosque y un par de brownies. Un auténtico empacho, por mucho que me subiera el ánimo y saciara mi apetito para todo el día.
Espero volver en otra ocasión para probar su cocina salada porque por la descripción de su carta, los platos tenían muy buena pinta. Eso si, a ver si tengo la suerte de encontrar un sitio, porque el local es más bien pequeño y se hace incómodo comer en un taburete.

A veces y demasiado a menudo, en lo que acaba decepcionándote un restaurante es al final, en los postres. Esto no puede pasarte en Dolso, pues los dulces son su producto estrella, por algo su dueño es pastelero. Puedes ir a comer de menú al mediodía o por la noche, o simplemente entrar a hacer el postre, o zamparte un pastel porque sí. Yo me he dado un homenaje con una tartaleta de limón y merengue y un café con hielo. Luego diré que el músculo pesa más que… los dulces.

Érase un taller de postres a un restaurante pegado… O ¿era al revés? Enfin. Que no sé cómo definir este peculiar y recogido local del Eixample barcelones. Lo que sí sé es que allí se puede comer o cenar, de menú o a la carta. También sé que se puede postrear. Es decir, ir a tomar sólo el postre y escoger una (o más) de las dulcísimas especialidades que allí preparan. E imagino que Willy Wonka entraría en trance al leer su carta.
La carta de dulces es más extensa que la de los platos salados: incluso hay un menú sólo de postres con maridaje de vino incluído. Hace años, este local se puso de tan de moda que era imposible conseguir una mesa los fines de semana. Ahora, la afluencia de gente se ha calmado aunque mejor llamar o entrar en su web para reservar.