Els 15

Es un lugar de domingo, al que peregrina a mediodía una turba de vecinos para solucionarse una comida que en general da pereza cocinar. Desde un pequeño establecimiento oculto en un requiebro del paseo Maragall, en el aristocrático callejón de la Marquesa de Caldes de Montbuí, los pollos dan vueltas en su vara ardiendo y esparcen su delicioso olor a grasa y a piel chamuscada por las calles adyacentes. Poca cosa más que palos ardiendo y un pequeño mostrador donde guardar las bandejas de aluminio con bombas y patatas.
Recuerdo colas a última hora y un tipo al que mi tía llamaba el «Pelos» sacando los pollos y abriéndolos en canal con gruesas tijeras. El suco, como elemento importantísimo del plato precocinado, era servido con cuchara en la misma bandeja. Si a alguien de la familia le daba por decir que aquello sabría a poco, se compraban las patatas o se encargaban tres o cuatro bombas.
En la zona hay alguna tienda de comida precocinada aunque, si abren los domingos, sin duda no tendrán el carisma de esta pequeña brasería de barrio, destilada de cientos de pollos dando vueltas. Además sirven a domicilio.