Forn Baltà

Forn mític del barri de Sants. On anem a berenar? Doncs al Baltà. Costava trobar taula però ara l’han ampliat i és més fàcil. Tot tipus de pà, coques, dolç…També fan crepes i entrepans rebons. Avui m’he comprat la mona tradicional i segur que estarà deliciosa perquè ja la vaig tastar l’any passat. Atenen ràpid, inclús quan està a tope, són molt maques i eficients. Un lloc de parada obligada. Em queda pendent un entrepà de xai.

El Carrer de Sants, a la vez mítico y con cierto tufillo trasnochado, no le sobran hornos; si hablamos de hornos de calidad, con un producto cuidado y con una presentación atractiva, eso es otra cosa, porque escasean.
El Forn Baltà es una buena panadería, de barrio, bulliciosa, con un buen producto, con un aspecto tradicional. Emblemático local del barrio, quizá en cuanto a hornos el más conocido (junto con Abril y Rovira, muy del estilo de horno de barrio). No deja de ser una opción recomendable porque el producto es bueno sin ser excepcional. No encontrarás delicatessen pero podrás desayunar o merendar con garantías de que no comerás algo de baja calidad.
El ambiente y la decoración completan el alma del local. Cada vez que he entrado la palabra que se me viene a la cabeza es ¨tradicional¨. Sin duda, los amantes de lugares «de toda la vida¨ se sentirán como pez en el agua…
Además de la oferta de bollería standard, puedes tomar creps o bocadillos variados.

Tienen de todo: horchata, crêpes con nutella (o nocilla), bollería tradicional e incluso donuts caseros (que tenían una pinta…).
Lo que más me llamó la atención fueron sus cocas. Eran enormes (de 1m) y las tenían de todo tipo (dulces, saladas…). La próxima vez que vaya probaré una que tienen rellena de sobrasada y queso («sobrasada y quesoooooo” — Imaginadme diciendo estás palabras con la voz de Homer cuando empieza a pensar en comida). Cómo se nota que se acabó lo bueno y toca volver a controlar la línea…

Nice for a quick stop-​off to have coffee and a simple bite. Friendly service and fairly decent croissants.

Forn Baltà es un ejémplo, como pocos, de lo que es un negocio familiar centenario, con una creatividad impresionante… siempre tienen novedades simpáticas que ofrecer.
Yo destacaría los sabrosísimos Crêpes que preparan.
Cuando viajo por el mundo y y tomo uno, siempre recuerdo los de Baltà y no puedo evitar las malditas comparaciones, pero para mí es una referencia.

Me quedé pegada en su escaparate! Muriéndome de la risa… A un par de horas del super macro encuentro Barça-​Madrid de liga, va y veo todo el despliegue mediático de camisetas de Puyol, Messi o Xavi que esta panadería ha creado para el match! Y de manitas y tortas para ganarle al Madrid. Unos cracks!
Pero no era la única que estaba admirando la creatividad de esta panadería centenaria. Los escaparates estaban llenos de curiosos como yo. Así que me decidí a entrar y llevarme un recuerdo para casa. Y esta mañana ha sido Messi quien nos ha acompañado en nuestro breakfast matutino! ;)) Bueno Messi y una barra de pan rústico, que con un poco de aceite, ha sido un manjar para los sentidos.

Siempre que voy cerca de la Plaza de Sants tengo una cita obligada con el Forn Baltà. El Forn Baltà es la panadería familiar de barrio que ha ido evolucionando y creciendo con los años. Siempre hay gente haciendo cola para adquirir uno de sus panes rústicos, pastas, buñuelos, cocas, madalenas…¡Todo delicioso!
Por lo menos hay cuatro personas atendiendo así que las esperas no son muy largas.
El local también dispone de mesas para tomarte un café.¡ Más que recomendable es compartir un chocolate caliente con una coca de azúcar y piñones en buena compañía! ¡Os lo recomiendo si no os importa rodearos de abuelitas!
En Forn Baltà también disponen de los típicos pasteles de temporada ya que siguen fielmente el santoral sorprendiéndote siempre con sus propuestas.

Si vives en el barrio de Sants, por los alrededores de la plaza de Sants, tu panadería será la Baltà. Es de esos lugares que ha sufrido muchas transformaciones a lo largo de los años y, gracias a la calidad de todo lo que ofrecen y al buen oficio, han ido ampliando su oferta y su espacio.
Empezó siendo una panadería más o menos común, al menos de aspecto, porque sus panes siempre han sido muy buscados. Más tarde amplió y añadió un anexo para la cafetería, y desde hace poco han abierto otra parte que es tienda de productos para sibaritas.
Iré por pasos, la familia Baltà viene de Vilafranca del Penedés y se afincó en Barcelona en el 1934, desde entonces venga a hacer pan día tras día. Y claro ahora la oferta es enorme: pan antiguo que le llaman ahora, rústico (en su otra modalidad), de harinas ecológicas, de cebada, de espinacas con queso de cabra… Mama mía. Aquí se podría uno alimentar sólo de panes. Son deliciosos los buñuelos de Cuaresma y las cocas de San Juan. También vi el otro día que preparan un pan especial para el mundo del teatro. Imaginación no les falta.
Y en la nueva tienda que han abierto, tienen un stand de demostración mientras preparan dulces. Sobre las 12 se puede ir a hacer una cata. Aquí venden desde vinos y aceites, hasta todo tipo de ingredientes para repostería (incluidas masas elaboradas por ellos para madalenas), a semillas y frutos secos. Un espacio muy completo que se adapta de maravilla a todos los tiempos.