Es un lugar real, pero me gusta. Critico de este lugar, sin embargo, lo restrictivo en el horario de su visita. Para domingos matutinos con ganas de estirarte en el césped en buena compañía y leer. Es un lugar tranquilo y lleno de belleza, donde escucharás poco más que los cantos de los pájaros y el agua cayendo de sus fuentes. Como decía al inicio es un palacio real que se construyó para que el rey Alfonso XIII dispusiera de un lugar para grandes recepciones y para hacer una pausa y reposar durante sus visitas a la Exposición Internacional de 1929. El Palacio se llama Albéniz, en honor al músico y cualquiera de sus canciones serían una buena banda sonora en este elegante espacio. Acabo de enterarme que el palacio es la residencia de los reyes(no de los Magos, que todavía) cuando están en visita oficial y también de invitados«ilustres» de la ciudad. Y por eso puede estar cerrado en determinadas ocasiones. Pues cuando se abre la puerta al pueblo, se puede uno deleitar con la vegetación de tilos, magnolias, cedros de Himalaya, del Líbano, pinos, oliveras… Y con las esculturas de temática femenina, sobre todo.
Paula M.
Évaluation du lieu : 5 Barcelona
Jardines palaciegos originalmente destinados a adornar la vivienda de Alfonso XIII en sus visitas a Barcelona, por ejemplo, durante la Exposición Universal del 29. Están en Montjuïc, detrás del MNAC. Son jardines de tipo neoclásico y versallesco con el emblemático palacete Albéniz(vivienda real) en su centro. Ornamentado con múltiples fuentes, esculturas y columnas jónicas estilo greco-romano, es un fantástico lugar de(visita turística) recogimiento lacónico y paseo primaveral entre su muy podada flora y su fauna privilegiada(he visto a un halcón cazando ante la mirada estupefacta de las esculturas). Es un milagro que se pueda pasear por ellos. Incluso puede que se pueda dar un trago a la botella de agua y mascar chicle, pero nada más: ningún elemento deportivo o de ocio, nada de perros ni de picnics, sólo abre diez horas a la semana y si hay visita real, se cierra todo a cal y canto. En la práctica, si sacas el bocata del bolsillo y masticas rápido, nadie te va a decir nada.