Bodega de toda la vida, donde se hace imprescindible tomarse un vermut y picar algo. Servicio muy atento y familiar. Buenas tapitas hechas al momento.
Judith P.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Pocas reformas habrá recibido esta bodeguita de 1927 y ahí está su gracia. Las ultrareformas en espacios antiguos están dejando la ciudad sin viejedad. No hay que dejar las obras en manos de lemas de paletas(«hay que sanear»). Lo viejo debe limpiarse pero debe seguir siendo viejo. Repulir en exceso lo viejo es como planchar los tejanos, embetunar las bambas o sacar brillo al hierro forjado. Como tocar una pieza de clavicordio al piano. En Cal Pep las botas son viejas, el suelo es viejo y regastado por la parte central, los sifones en colección son viejos. Y en sus pequeñas mesas redondas de mármol se pueden probar vinos, cavas y cervezas con tapa de pescado o marisco fresco.