La Cerveseria

Located in Revolution Square, it seems like a nice place to sit and eat. They food is uninspired and nothing special. The service was so-​so. There are so many other places in the area. If you are on holiday in Barcelona, just don’t waste a meal here.

Situado en pleno barrio de Gracia y con terracita en medio de una plaza, lo que hace muy atractivo que te sientes a tomar algo.
Nos pedimos unas tapas y casi todas estaban muy buenas, sobretodo los calamares. Los volvería a pedir cada vez que pasara por allí!
Le pongo 3 estrellas por los nachos (8,5 € por unos nachos de bolsa y una miseria de salsa lo veo excesivo) y porque la cuenta subió mucho más de lo que esperábamos.

Tapas suculentas y bocadillos exquisitos en pleno Barrio de Gracia. Recomiendo encarecidamente sus champiñones rellenos de jamón y su tosta de escalivada con queso de cabra.

Conocí la Cervecería porque buscábamos un sitio donde ir a ver jugar el Barça. Tuvimos una buena experiència así que en ocasiones de las fiestas de gracia decidimos volver para comer un bocata!
Punto a favor de la Cervecería que pese la hora, nos atendieron (era medianoche pasada y la mayoría de los restaurantes habían cerrado la cocina).
Destaca entre los demás sitios por su amplia terraza en la plaza revolución, justo a lado del carrer verdi.
La primera vez que fuimos me quede super satisfecho con el bocata de pollo, berenjena y queso de cabra. Y efectivamente se confirmó ser un elección muy acertada. Pedimos también unas bravas que resultaron ser patas con salsa alioli (eterna duda: ¿las bravas no eran con salsa picante?).
Servicio rápido (tampoco había mucha gente) y bocatas grande y muy ricos.
¿porque solo 3 estrellas? Los precios. Una barbaridad: una clara 2,70, un bocata 7,50. Total que para comer un bocata y unas patatas acabamos pagando al rededor de 30 euros (y eso que no nos sentamos en la terraza). Lo encuentro muy caro la verdad!
Sigue siendo una buena opción para ir cuando juega el Barcelona ya que hay ambiente y el local es bastante espacioso!

Una terraza en medio de una bulliciosa plaza de Barcelona. Buenas tapas. Precio razonable. Un pantumaca de mearse en el sitio.
Esos son los titulares de mi visita a este local. La verdad es que la experiencia fue bastante buena, en general nos gustaron todas las raciones que pedimos, pero voy a mencionar especialmente dos muy sencillas pero ricas: el pan con tomate y las «bravas». Y tú, estimado lector al que no se le escapa ningún detalle, estarás pensando, ¿bravas entre comillas? Y sí, van entrecomilladas porque, a pesar de que nos sacaron unas patatas muy ricas, no eran bravas, era unas papas alioli con aceite y pimentón. Buenísimas, como digo, pero es raro que las llamen bravas.
De todas formas, no es la primera vez que me ocurre esto con las bravas en Cataluña, pero, como vasco que soy, no soy el más indicado para catalogar a los habitantes de una Comunidad como «locos».
El pan con tomate; una cosa tan sencilla y a la vez deliciosa si se hace con amor. Y, sí, chumachos, este pan tenía amor. No era el típico pan de un jueves por la tarde que da miedo de lo seco que está. Estaba MUY bueno.
Lo demás: croquetas, champis rellenos, chistorra… Muy rico todo y encima en una plaza con mucha vida.

Recomiendo el griego… bocata de pollo, queso de cabra y berenjena, esta bueniiiiisimo. siempre que voy lo pido, tienen hamburguesas, frankfurts y pizzas tb

Ya había estado varias veces en su terraza de la Plaça de la Revolució, y la verdad que muy a gusto. El otro día fue el primer día que nos acercamos a cenar algo y, milagrosamente, un sábado por la noche encontramos una mesa libre (Gracia estaba a rebosar).
Nos sentamos y pedimos varias cosas para compartir. Las croquetas de jamón y las de pollo nos gustaron bastante, la tortilla de patatas correcta y los calamares también. Los trocitos de pollo rebozado algo secos y muy normalitos. Vamos, un sitio para picar algo sin grandes pretensiones en cuanto a la calidad.
Lo que falló un poco fue el servicio. Nos traían cosas a la mesa que no habíamos pedido, y la cerveza de mi amiga tardó siglos en llegar. Estaban bastante desorganizados, igual porque tenían mucha faena al ser sábado por la noche, así que les daré una nueva oportunidad en breve ya que vi que tenían frankfurts y he leído por ahí que están muy buenos.

Seria una lastima perderse un tapeo en la Cervecería en esta plaça simpática una noche de agosto. Todo lo que he comido ha sido muy bueno, mis gustos siendo clásicos, no es difícil contentarme.
Sin embargo, lo que no me gustó nada, es que los camareros te dan mucha prisa para comer, para poder instalar nuevas personas en tu mesa, supongo que hay un turno de 1 hora, 1 hora y media como máximo!
A penas terminado un guiso, te llevan el plato!
Tuvimos que dejar cosas en el plato pendientes para tomarse el tiempo de fumar o de charlar sin que te lo quiten todo…

La Cervesaria:
Fantastic joint. Acceptable with both friends and family.
Facts about the author of this review:
I have an incredibly hard to please step-​mother.
Now that you know the facts, know this: there were four of us, and there were four options on the ‘menu’ (the legit menu, like «order this and get a meal menu»). Two of the eight dishes got a «oh, that’s interesting» comment from the step-​mom, which is the equivalent of a 5-​star rating from that asshole on Hell’s Kitchen. Those dishes were the Spinach Lasagne and the salad with nuts and pear. They were indeed delicious. And in my own rating system (in which it is easier to do well) the cheesecake, pork, sepia, and beer were also very good.

Soy fan de este lugar! Me encanta para ir a tomar unas cañas y unas tapitas. Y qué decir de sus frankfurts. Hay un montón de variedad y además puede añadirles a todos, los complementos que quieras, queso, cebolla, tomate, bacon, etc.
Si no te gustan los frankfurts también tienen otros platos y bocadillos. Y a mediodía hacen menú.
El local es muy grande y además tienen terraza. Las veces que más lleno lo he visto es para ver partidos de fútbol. Suelen echarlos todos, pero es importante llamar antes de acudir a ver alguno porque se suele llenar con facilidad.

Un descubrimiento!

Se trata de un bar especializado en frankfurts y derivados, interesante de reseñar por ello aunque bastante convencional en todo los demás sentidos (servicio correcto, local limpio, muy funcional y pocos adornos). Sus salchichas contienen mucha sustancia, gran cantidad de alimento y las porciones son de una exhuberancia tal, que aún a pesar de estar sostenidas por dos rebanadas de pan recias y vigorosas, las salchichas encuentran su camino para escabullirse y desmontar la estructura del bocadillo. Dicho de otra manera, el sándwich, como una maleta en la que hemos metido demasiada ropa, no se puede cerrar del todo. Uno no puede clausurar e inmovilizar la salchicha entre los dos trozos de pan, de lo grande y resbaladiza que es. Eso genera un problema grave y es que resulta imposible comer el bocadillo a mordiscos, y uno tiene que comer, por un lado la salchicha, por otro el pan y por otro la cebolla. Está todo en verdad sabrosísimo, pero deberían vigilarse las proporciones y los tamaños, procurando una relación armónica de todos los elementos del bocadillo, entre sí. Por lo demás pienso que también se debería tener en cuenta la posición de los televisores, en algunas mesas, puesto que distraen en exceso, al encontrarse a pocos centímetros del rostro del cliente, al que le cuesta, más que de costumbre, por culpa de los mismos, atender a las farragosas explicaciones de los demás. Corregidos estos pequeños desajustes creo que el restaurante ganaría muchísimo, pues cuenta con una materia prima excelente.

La Cervesería hace buenos bocadillos a precios populares. Su carta es una gran quiniela, una gran matriz de bocadillos por filas e ingredientes por columnas. Así, cuando tu hamburguesa, tu pepito, tu cervela o lo que sea se cruce con la cebolla, el pepino, la mayonesa o los champiñones, no dudes y marca la casilla correspondiente. Frankfurt-​queso, equis.
Es un local bastante grande y, si está lleno, puede que tengas que esperar un poquito. No desesperes, no es grave, y pídele una cañita a alguno de los simpáticos camareros. Si no hace frío ni demasiado calor, y tienes suerte, elige sin dudarlo una mesa en la terracita. La maravillosa Plaça Revolució es un estupendo escenario para tu ágape. ¡Suerte con tu boleto!

La Cervesería para mí fue un hallazgo en el medio del desierto o algo así. Paseaba por Grácia con mi familia, hacía mucho calor y veníamos de mucho ajetreo. Volvíamos de caminar y recorrer casi todo el Park Guell. Vimos un sitio ideal con gente sentada afuera debajo de unos árboles con una sombra interesante y necesaria. Qué lindo para hacer terraza, dijimos. Había mucha gente y ni una sola mesa, claro. Teníamos hambre y sed. Mucha sed. Nos estábamos cuando atino a preguntarle al camarero cómo iba el tema de las mesas. Me dijo en breve se desocupa una, sí, me responde. Y cuando te dicen que sí sin vueltas es increíble como hasta te dan ganas de esperar. Por ende, esperamos, claro. El camarero más predispuesto y sonriente del mundo trabajaba ahí ese sábado esquivando el sol. Nos sentamos, pedimos 4 cañas, unas tapas, luego unas hamburguesas. En cambio mi primo pidió una frankfurt. Algo así como su especialidad. Si andas por allí, tienes que tomar la calle Verdi y bajando, llegas a la Plaça de la Revolución, sitio donde se encuentra. Arriba del cartel del local quizás tengas la suerte de ver o que te salude con un ladrido un perro inquieto de color negro. Voilà!