La Confiteria

Excellent ! Un réel spectacle de voir le barman préparer votre cocktail avec une grande minutie. Rien à voir avec les jongleurs de bouteille qui sont eux complètement kitch. Ici à La Confetaria c’est la classe assurée.

Great service, amazing ambiance and perfectly concocted cocktails! Quaint and charming.
THE best espresso martini that has ever touched my tongue. My hubs agreed. It was a perfect little dessert after a big dinner we had down the street. Creamy and rich, but not too much; just sweet enough and a wonderful dark espresso flavor. I wish I could bring this drink back home with me. One spot I will absolutely be coming back to on my next Barcelona trip.

Nice atmosphere, good wine, excellent service. Rapsodia star was awesome. Convenient location.

Es que sólo por ver la decoración merece la pena estar en LA CONFITERÍA, me ha encantado, un sin fin de cócteles en un ambiente tranquilo, la música suave para poder hablar, los cócteles Muy ricos y si quieres q te preparen algo que no está en carta también lo hacen.

Me encanta es antiguo con su barra de madera, las mesas y sillas con su toque moderno que le da la gente allí, eh ido varias veces en distintos días y horarios, bien para el vermut, una cerveza, o una noche tarde para tomar la última copa, muy tranquilo y el ambiente que tiene es genial!

Old school, adorable, romantic and charming. It’s one of those places that will transport you in time a bit.
Modern cocktails and a willing to please staff. It’s a favorite spot when I want a complicated alcoholic beverage or a beautiful atmosphere to write or visit with a friend.
Also, they have power outlets next to almost every table, so for those of us with perpetually dying phones, it’s a good place to recharge.
Snacks from 2 – 8 euros or so, but made in house and nice; draft beer from about 2 euros, and fancy cocktails run about 8.

good gin and tonic & good atmosphere :)

Había pasado por La Confiteria mil veces, y siempre captaba mi atención, con sus ventanales enormes, barra muy antigua, e imagen altamente vanguardista… en una sola palabra, ¡bonita! Por fin, ayer entramos y cogimos la maravillosa mesa en la ventana. Es el lugar perfecto para ver el mundo pasando en frente de ti. Estéticamente, le daría a este lugar un 5/5…es súper guapo, y para los a quiénes les gustan sitios visualmente agradables, La Confiteria es tuyo.
Ofrecen una gran selección de bebidas, copas, tés, infusiones, y otras cosas para deleitarte. El lugar es muy, muy ruidoso y suele llenarse. Nos era difícil mantener una conversación sobre nuestros tés con tanto embullicio y tanto ruido… uff!
Y, ya que el ambiente es tan apretada, los camareros van muy apretados tb… el servicio era lento, y tuve que ir a la barra dos veces para re-​hacer el pedido…
Creo que me gustaría este sitio más como parada en una ruta hacia Apolo por la noche. Pero un lugar de relax y para charlar con los amigos, pues creo que lo encontraríais bastante difícil. Desde mi punto de vista, La Confiteria es mejor vista que experimentada :)

Me encanta este sitio! Si entras te sientes como en una película, de hecho más ganan ellos en alquilarlo a equipos que graban pelis que en la bebida (aunque la bebida no es barata!). Es un bar diferente y totalmente auténtico y la clientela siempre es la misma (tarjetas de fidelidad aquí no necesitan, este sitio tiene un gancho indiscutible que te hace volver y vover). Recomiendo vermut, patatas y olivas antes de comer o un buen coctelito bien entrada la noche.

Otro de esos lugares de Barcelona que parece sacado de una película… Mobiliario antiguo, camareros pintorescos, clientes que por alguna razón te parecen conocidos. Ya que hicieron Paris, je t’aime y New York, I love you, si algún día filman Barcelona, jo t’estimo seguro que una de las escenas será en este bar. No será el más barato del mundo, pero el ambiente lo merece y además con un poco de suerte te pondrán alguna tapita para acompañar.

La confitería selecta ha derivado en lugar de encuentro de gente selecta, tal vez selectiva…
El mostrador de madera antigua es ahora barra; la trastienda alberga las mesas.
Las charlas suceden suaves entre un soul elegante; las vanidades se reflejan en los espejos.

Este bar está en Barcelona, pero podría estar perfectamente en Madrid. En el Madrid de mediados de siglo, de Camilo José Cela, de tertulias y generaciones de poetas, tiene ese ambiente sofisticado, maldito, elegante y decadente que invita a escribir, reflexionar o hablar en voz alta. Supongo que tiene que ver con eso tan maravilloso de haber sido primitivamente una confitería.
No sé, no sé. A mí me lo pueden seguir jurando, pero yo insisto en que este bar está en Madrid (aunque Carrer Sant Pau se empeñe en desmentirlo a cada baldosa).
Junto con Ultramarinos Víctor (a dos números) es el sitio perfecto para empezar la tarde con cañas. No es el más exclusivo, ni el más barato, ni el más bonito, aunque quizás esto último sí lo sea.

Esta preciosa cafetería modernista, en la que tanto puedes desayunar, tomar vermú, cañas a la tarde y copas por la noche es un lugar un tanto extraño por la mescolanza de gente que la visita.
El ambiente es más bien bohemio, de hecho en ocasiones sus escaparates centenarios se utilizan como pequeñas galerías de arte y es frecuente asistir a un improvisado concierto de jazz.
La mejor hora para tomar algo es la tarde-​noche, ya que en su parte de atrás se puede uno pasar horas sentado con su grupo de amigos mientas se saborea un gin-​tonic muy bien servido y una buena conversación.
El servicio es correcto, pero tanto dueños como camareros no destacan por su simpatía. Será que no soy un asíduo?. Merece la pena al menos porque es un bar con estilo.

El nombre de este bar describe sus orígenes y su aspecto, porque de aquella antigua confitería aún conserva todo el mobiliario (el mostrador, los escaparates, los estantes…) y la decoración modernista. Este lugar de casi la esquina se ha hecho un sitio en el ranquing de los más populares y concurridos de la zona. Aquí viene público de todos los estilos y a todas horas. Las parejitas se disputan la mesita biplaza de la cristalera que da a la calle (por la tarde da el sol y es muy agradable) y los grupos, la mesa redonda del fondo de la sala con lámpara en el centro. Prueba de hacerte una foto allí y te verás pinta de estar tramando, como mínimo, un golpe al banco central. Si vas por la mañana puedes hacer un buen desayuno (por algo han rodado allí un anuncio de batido de chocolate recientemente), si vas por la noche un buen combinado (de los exóticos también) y si vas un domingo al mediodía, un vermut musical. Todos los domingos entre la una y las dos encontraras a alguien dando un conciertito. En La Confieteria lo hacen por costumbre.

Maravilloso bar que te transporta a otra época y es que se trata de una antigua confitería de Barcelona readaptada a bar. Además de su encantador aspecto entre rústico y modernista, nada más entrar tienes esta sensación de entrar en un sito de estos con peligro, que digo yo. Un ambiente muy propenso a liarse. La primera vez que entré tuve un poco la sensación de entrar en un bar de Madrid porque se respiraba una tendencia clara a charlar con desconocidos y a pasar un muy buen rato, y así fue la primera y las demás veces que he ido. El camarero es un sol de persona y siempre dispuesto a decir la suya. Un bar muy recomendable para ir a tomar una cervecita con aceitunas a media tarde o si ya vas un poco mas animoso, pues tira hacia una copa y la noche está en marcha.