Ultramarinos

Sweet find! This place is a gin lovers dream. Exquisite gin cocktails. Mixology. Hip ambiance. Friendly, prompt service. A definite recommendation!

Espectacular la preparación artesanal de los gin tonic. Lugar muy cool, con buena música y buena ambientación. Lo recomiendo además por la excelente relación calidad/​precio.

Empecemos por el chiste, pese a lo que parece, pese a su nombre, esto no es un ultramarinos. Desconozco si alguna vez lo fue (probablemente), pero lo que tenemos aquí es un bar. Uno para tomarse cañas y vinos de tarde, uno luminoso (con esa luz amarilla que tienen los bares de cañas y vinos de tarde).
Tampoco es que de mucho más juego, pero en la planta de arriba se puede estar muy cómodo recordando los desfases del sábado pasado o si nos ponemos preparando los del que viene.

Es simpática la historia de cómo conozco este bar. Fuimos atraídas por la seducción de un argentino para con mi amiga. Yo iba de acompañante, bueno, éramos varios aquella noche. Todos por Catalina, dijimos. Así es como fuimos hasta Paralel. Zona nunca antes inspeccionada para salir después de clases. Siempre nos manejámos por el Raval o el Gótico, la verdad. En fin. Cogimos el metro. Caminamos una o dos calles más y llegamos a este paraíso de bar donde la música es muuuuuuy buena aunque no lo presientas. Un mulato con trencitas oficiaba de DJ en su momento. Un ser ultra innovador a la hora de ponerle play a esa cosa que despide música. Un cubata, por favor. Previo a ello saludamos al nuevo grupo de amigos. Fue divertido, porque esa noche, tomamos, charlamos, conocimos gente, entre otras cosas. Nos reímos tantísimo porque casi también fuimos parte de una despedida de soltera. No lo van a creer pero con mis amigos y nuestros nuevos amigos, nos terminamos sacando fotos con este grupo de chicas que habían planeado allí, la despedida. El detalle, llevaban consigo un muñeco inflable de «amigo». Sí, tenemos fotos con un inflable, increíble. En fin. Fue una noche bizarra. Otra más, en realidad. Ah, con respecto al bar en sí, si bajas las escaleras, hay un espacio donde puedes ir a tirar los dardos. Ojo, que si haz bebido un poco de alcohol no le vayas a querer errar, precisa tu puntería.Ten cuidado. No te distraigas, ¡eh! Este es un bar que me gustó pero que por esas cosas del destino nunca más he vuelto allí. «¿Uno realmente no debe volver a los lugares donde fue feliz?» Conclusión: es un bar bueno para ir a tomar unos drinks, escuchar buena música y divertirse tirando dardos, metafóricamente y literalmente hablando. Voilà!