La Masia

We have spent a couple of weeks in Barcelona with relatives — they have steered us here several times and we really like it. The food isn’t fancy but very good and the atmosphere makes you feel like a regular. If you want to hang out at a long established local place, eat some good food and enjoy some soccer on tv, this is your place.

Fantastique petit endroit ! Le service est aussi rapide que les plats sont succulents ! L’endroit est petit mais les serveurs s’arrangent avec l’espace pour réaménager toute la soirée tables & chaises pour que tout le monde y soit comme chez lui !
C’est un pur régal !

We walked by this place and it was packed and had a sign celebrating their 60^th anniversary as of 2012. We figured it wouldn’t disappoint but it did. As we walked in the pinchos did not look as good as the previous place we went to.
But we decided to have a few beers and sample but were really let down. Not sure why it’s so busy– maybe bc it’s a popular spot for the young college student crowd. The food isn’t good here.

El principal motivo de interés de este sitio es que en esta zona de Barcelona, atestada de restaurantes y bares eco-​guays, caros y de diseño-​coñazo, El Masía es un oasis de naturalidad. El aspecto, si te fijas muy bien, puede disuadirte de pedir tapas si eres quisquilloso con el tema higiénico. Pero si no lo eres, valor y al toro. Personalmente no lo recomiendo para tapear: las bravas nadan, literalmente, en grasa y las croquetas están tiesas. Incluso si eres un acérrimo de la comida hipercalórica encontrarás sitios mejores para hacer subir tu colesterol. Eso sí, no en esta zona.
Muy recomendable para tomar birras a última hora de la tarde, el ambiente es distendido y el precio es razonable. Siempre está lleno pero te haces (o te hacen) un sitio.

El Bar Masia es un lugar tremendamente agradable en el que reunirse con los amigos. Hay un ambiente muy jovial y desenfadado, y un servicio (detrás de la barra y en las mesas) sencillamente inmejorable. Es inevitable que las cervezas vayan cayendo una detrás de otra, porque van pasando las horas y nadie se quiere ir. Si hay hambre, las mismas se pueden alternar con unas tapas muy aceptables. Es un bar muy polivalente, como los futbolistas que juegan en varias posiciones: es un bar para ir de día, de noche, solo, con amigos, a leer, a escribir o a charlar. Cumple todas las funciones a la perfección, como comodín, y como punto de referencia indispensable en el centro de Barcelona. Esto es así hasta el punto que, estando en una zona con alta densidad de locales, uno tiende a obviar a los demás, porque una tarde-​noche en el Bar Masia no se compara con nada.

Extremadamente avanzado en la resignificación de lo «guay». La Masía cumple perfectamente como bar de tapas de raza que acoge a todo tipo de centrifugados de la zona UB-​MACBA-​CCCB. Pero lo que los convierte en visionarios, es combinar a su público habitual de centrifugados, su aire cañí de tapeo y ese programa de radio pop, folcklórico que la próxima vez que vaya les preguntaré por la emisora en cuestión, porque suena a bikini, peineta, pendiente de aro grande y gasolinera FM…

Es uno de los pocos bares de la ciudad que resiste a la modernidad. Es el típico sitio donde te puedes encontrar a tu hermano, al ex novio de Roser o a los Manel. Un sitio familiar para la familia. Paraíso de los amantes de lo cutre con encanto.
En esta casa te recibirán (siempre está lleno pero siempre se cabe) con una sonrisa y tu bolsillo se la devolverá a ellos. El lugar ideal para agarrarse una buena borrachera a orillas del MACBA.
P.D: Buen fichaje para el pre-​post Sónar de día.

Fui varias veces al Bar Masia y nunca la verdad recordaba el nombre. Nunca lo llamé como tal. Siempre decía, el barcito «ese» del Raval. Claro, hay miles, tú dirás pero para mí es «el bar». Ideal para tapear. Cada vez que he ido la pasé «de bien». ¡Suspiros! Sí, tengo el recuerdo de estar ahí encerrada con amigos un poco apretados en mesitas pequeñas con camareros que van y vienen y que también te miran desde el mostrador. No esos que atienden un bar para sentirse que son cool. Estos son piolas, están ahí al pie del cañón, son del tipo de camareros que te hacen el guiño con el ojo, antes de que tú, le pidas otra vuelta de cañas. Bar Masia, es típico, es simple, es para pasar un rato a tapear. Un lugar donde se llena de gente y su bullicio. La última vez que fui éramos muchos. Ten en cuenta que el sitio y el espacio en sí es reducido pero «no problem» ellos te harán lugar para que te quedes, seas uno, tres o diez. Es lindo sentarse a modo más «íntimo» en un silloncito con techo, diría yo que hay en la pared del fondo. Es algo así como una casita. Yo ahí estuve con mi amigo Gabi hablando de la vida, disfrutando de unas «bravas patatas bravas» riendo y siendo feliz. Creo que ese sitio en este Bar me hace sentir algo así como especial. No se, para mí ese sitio para sentarse me hace sentir así tal cual te cuento. Si tuviera que elegir, volvería y trataría de sentarme en ese mismo lugar. Gente buena onda detrás del mostrador. Eso suma bastante. Siempre encontrarás algún perdido hablando solo en la barra del bar. Un par de veces lo he observado. Verás que cada cual lo disfruta a su manera. Voilà!

Con el tiempo me fui dando cuenta de que a mucha gente le gustaba este bar. Fui por primera vez porque había quedado cerca del Macba y era un sitio ideal para ello, y la verdad es que no sé por qué me enamoró. Pequeñito pero muy acogedor, aunque a simple vista no parezca la mejor opción. Casi siempre está lleno pero y ambiente siempre es animado. Si quieres ir a estar tranquilo leyendo un libro sobre filosofía zen no es tu lugar, pero si quieres ir a tomarte unas cañas con tus colegas por el Raval, esta es parada obligada. Una recomendación: si os sentáis en la mesa junto a la ventana, puedes salir a fumar tranquilamente sin perder la conversación con tus amigos.

Bar que a primera vista puedes pensar: «pues necesita una mano de pintura», «las sillas no parecen muy cómodas», «qué gente tan raruna hay en la barra», déjate estar de pareceres, en la barra también verás tapas caseras para chuparse los dedos, yo soy muy fan de las croquetas y aquí las hacen buenísimas, caída la tarde suele estar bastante lleno y se crea un ambiente muy popular y bohemio (otra vez la palabreja).