L’Àvia

La verdad es que es mi salvación de los domingos.
Todo un descubrimiento y además te traen a casa, ya que para mi gusto el local es demasiado pequeño y de ambiente muy cargado.
He pedido un par de veces ahí y la verdad es que acerté en las dos. Aunque esté calificado como pizzería, ninguna de las dos veces pedí pizza. La primera vez fue una Lasaña, que está baratísima y además rica, ya que todas las comidas las preparan allí mismo.
Y la segunda vez pedí pollo con patatas y está en su punto. El pollo bien hecho y las patatas con su salsa de tomate con especies brillante.
Me han comentado bastantes veces que las empanadas están sublimes, asique lo dejo para la siguiente.
Como punto a favor y como algo curioso, he de decir que el mismo cocinero prepara comida para la gente sin techo, ya que yo misma pude observar como preparaba bolsas para que se los pudieran llevar.
En definitiva, un sitio único como casi todos los bares/​restaurantes del raval.

Si has leído otras de mis críticas, sabrás que soy exigente y sibarita en ocasiones. Pero hay que poner todo en su contexto, no puedes ir a un garito como este en el Raval y esperar caviar y langostinos. Uno tiene que saber dónde va, y L’Àvia no engaña, muestra perfectamente lo que es cuando ves las manchas del delantal que exhibe el uruguayo de origen catalán que lo regenta.
En L’Avia tienes de todo: paella, empanadas, pizzas, pudding, lasaña, ensalada, tiramisú y un largo etcétera. Me impresionó ver como sacaban una enorme paellera un viernes por la noche. Es como si quisieran ofrecer todo tipo de cocina, todo comensal encontrará allí algo de su gusto.
Hay que destacar el encanto del local, como digo regentado por un peculiar hombre uruguayo que tardará entre poco y nada en hablarte de que es escritor y te señalará los libros que él mismo ha escrito y que exhibe en el local. Muy interesante personaje, cuyo servicio es muy correcto, simpático y agradable.
Ayer pedimos unas pizzas, que como he leído por ahí, no batirán récords en calidad, pero por 3,50 € son bastante decentes, sin queja. Lo mismo debe suceder con casi toda la variedad: sin ser de una excelencia abrumadora, cumplen con su misión. Un ejemplo de esto es el vino: una botella de tinto por un precio bastante bajo (no sé si eran 3 o 4 €?), bastante aceptable, oiga.
Luego decidí probar el pudding con dulce de leche y una cerecita (ver foto), también a un precio económico y con la única pega de estar un poco frío.
En total: 7 € por persona. Calidad/​precio, muy bien! Hoy en día, puedes ir a un local dónde comes fatal, y te clavan mínimo 15 €. Un local con cierta originalidad, divertido y dónde comer barato, si vas con esas premisas en mente, estás en el lugar indicado.

We were staying right around the corner and our host highly recommended Pizzas L’Avia as being the best local food spot and one that you get the best bang for your buck. As it was our first meal in Barcelona, I can’t comment if it is the «best local food spot» but it definitely gives you the best ability to stretch your Euros. Empanadas set us back only 1.30 Euros a piece, a plate of seafood paella (with a small sampling of shrimp, clams, mussels, squid, and chicken) was priced at 5 Euros, a personal pizza for 3.50 Euros, and a «Menu Catalan» was 10 Euros which was the paella plate plus a mixed salad, fresh bread, dessert, drink, and after meal coffee. All the food was really tasty and it had a real mom and pops kind of cooking style feel. There were two guys that ran the kitchen and I assume at least one of them was the owner. He was very gracious, made us feel very comfortable, and even let each of my family of four sample one of his chocolate mousse dessert balls as we left. The dessert balls were a bit messy but rich and delicious.
We are definitely going back for plates of paella before we leave. Maybe try some of their tapa options and some pasta. Can we qualify this as Italian Spanish fusion? Maybe not but we can say they cater toward the Spanish and the Italian crowd with their menu options. Great find.

All I shall say is, do not wonder about Barcelona this hungry that you have to settle with what’s in front of your face.
We were hungry. and tired of walking, so following some good tourist advise we stopped at the first spot that looked loud and busy… L’Avia was lucky we were that hungry that night…
eats:]
they have a variety of fixed menu’s, some with empenadas, others with paellea, pasta, salads… etc. Super easy to get an assortment of foods with a drink and dessert included. I settled with a pasta/​salad combo that was nothing better then soup from a can with pasta worked into it… I see that all the food is pre-​made; the pizza’s, the emp’s, the Paella –all waiting to be reheated… nothing really fresh… I suppose if you are drunk enough it all goes in the same: p
Overall:]
I loved the workers, I had a lot of fun watching the two guys run the entire show: one loud boisterous hustling people in and tossing pieces of pizza, and pasta into the oven, while the other dude of smaller build quickly ran table to table taking orders –both so amusing and friendly. I even had a language barrier with my lack of spanish and his facial expressions gave me a good laugh.

Me llamaron mucho la atención las empanadas que tienen en la vitrina. Además siempre que he pasado por ahí he visto que siempre tienen clientes así que pensé…¡Este sitio tiene que ser bueno! El dueño te atiende bien y es muy cercano.
Lo único es que en cuanto a la calidad de la comida no es espectacular. Está bueno y con un precio muy razonable pero las empanadas no eran tan sabrosas como me esperaba. Eso sí, todo casero. Teniendo en cuenta que soy una pija gourmet no creo que vuelva pero creo que es una opción perfecta para estudiantes y fiesteros con hambre.

L’Avia es un sitio… «especial» cuanto menos. Pese a estar clasificado como pizzería se aleja bastante de serlo: en su mostrador tienen pizzas, empanadas, paella, canelones, tiramisú, pollo con ciruelas, fideus a la cassola y un pandemonium caótico de platos de aquí y allá.
Sí, he dicho bien: mostrador. Mostrador con comida.
El sitio en sí es bastante horripilante, pero la comida es buena y barata, abren hasta muy tarde y ha salvado a mi pobre estómago de más de una noche etílico-​festiva perdido en el Raval.

This is a great neighborhood eatery with delicious food and very low prices. Though it’s called a pizza place, pizza is a small part of what they do. They have empenadas of various types and paella and lots of other regional foods. It gets crowded and smokey and loud and the workers don’t always listen to orders closely enough, but I ate here a few times a week while living in the area.

Vino mi primo el yuppie sibarita de visita. Total, que me dijo llévame a uno de estos sitios fuertes del Raval. Y no nos entendimos.
Le llevé al pluridisciplinar L’Àvia y le pareció demasiado lumpen, una broma de mal gusto. El error fue mio, en vez de pizzas, demasiado esponjosas y poco condimentadas, deberíamos haber comandado empanadas, al fin y al cabo íbamos a matar el gusanillo. Supongo que el aspecto del bar no ayuda a realzar su comida. Hay que recalcar que el precio se ajusta a la calidad.
Tú, si vas, pídete unos canalones o un pollo con patatas y nos cuentas.

En pleno Raval, un lugar donde el mostrador ofrece tantas cosas que ya te empachas antes de empezar a comer. El lugar se conoce como Ca l’Àvia, aunque al frente del establecimiento está un urugayo que llegó hace muchos años a Barcelona, y que además de ofrecer una amalgama extensa de alimentos, organiza lecturas en el piso de arriba entre semana. Él es Mario Pérez Ruíz, autor también de una buena colección de libros sobre temas como la inmortalidad o Pitágoras, que puedes adquirir en el bar. Las ilustraciones de sus libros son obra de su compañera y la mayoría de cuadros y dibujos que decoran Ca l’Àvia también.
Y el lugar a mí siempre me ha parecido entrañable aunque, como casi todos los que lo hemos visitado coincidimos, la higiene no es el fuerte. Puede ser una razón para dejar de ir con la frecuencia que uno querría.
En cuanto a la variedad de comida, creo que está a caballo entre un lugar de venta de pollos de domingo, una pizzería y una casa de comidas preparadas. Así puedes tomar una o varias raciones de pizza, choripam con chimichurri, empanadas, cocas catalanas, canelones, el pollo que comentaba con patatas y pan de regalo, y un surtido de dulces: desde pannetones, a alfajores con dulce de leche. Los precios son muy populares y el ambiente también.

Conocido lugar de pizzas en el barrio del Raval. Tiene mucha variedad de comida especializándose en pizzas y empanadas, tienen para todos los gustos! (recomendables las empanadas vegetales)
A ver, si eres muy escrupuloso y remilgado a la hora de comer, no vengas porque quizás la higiene no sea su fuerte, pero por lo demás seguro que te gusta todo lo que te sirven. Pastas, bocadillos, pollos, porciones de pizza enormes por 2 euros, postres caseros… y todo muy muy barato. Las pizzas individuales ninguna llega a los 4 euros. Puedes pedirlas para llevar o si no, por un suplemento te lo envían a domicilio

Este es un restaurante que vimos de paso y su escaparate mostrando unas relucientes empanadas nos lanzó al interior de cabeza. Además de eso hay un cartel con los precios., otro buen reclamo para elegirlo porque es bastante económico.
El local es pequeño y diríamos que poco refinado. Que no os asuste porque os aseguro que se come más que bien.
Nosotros éramos 10 personas y nos apañamos en un par de grupos cercanos porque juntar mesas para 10 personas era punto imposible. De todas formas reina un ambiente familiar en el que no desentonó que nos girasemos para hablar unos con otros o que hicéramos unas risas de una mesa a otra.
El dueño y cocinero (al que vais a ver porque la cocina está tras la barra) es uruguayo y se nota en algunos de sus platos (similar a los argentinos): empanadas, pizzas, asados, choripán, alfajores por lo que leímos en algunos cartelitos que hay por las paredes mientras esperamos a que nos sirvieran, además de cocinero es escritor y tiene varias publicaciones en su haber.
Mi elección fue una empañada de maíz (humita o choclo), otra de espinacas con queso y una pizza de cebolla, queso y orégano. El total de todo esto eran 5 euros y pico y no lo pude terminar de puero hartazgo (si mal no recuerdo hay empanas por 1,20 € y pizzas de 3 y pico, la ración de pizza cuesta 2 euros). Al terminar, ninguno de nosotros tuvo hambre suficiente como para ‘atacar’ a los postres.
Hay bastante variedad de pizzas. Hubo quien eligió asado estilo argentino, otros paella, otros pollo y macarrones. También había cazuelas con champiñones, escalibada, alcachofas, bocatas vamos, que como veréis hay donde elegir. Además, el mostrador es una vitrina donde se muestran algunos de sus platos ya preparados, lo que da una idea bastante exacta de lo que se puede comer.
Por cierto, nos sacó pan caliente, un poco dulce y recien hecho que estaba de vicio. Y otro dato, si te sobra algo puedes pedirle una bandejita de aluminio y llevártelo a casa.
Creo que es una alternativa diferente para comer en el Raval. Saldreis saciados y sin el bolsillo vacío.