Esta plaza es un homenaje por partida doble. Lleva el nombre del célebre arquitecto Antoni Rovira i Trias, nacido en Gràcia y artífice del entramado de plazas y calles estrechas que tiene el barrio. La segunda parte del homenaje la encontramos sentada en un banco de la plaza. Una escultura en bronce, a tamaño real, de Rovira i Trias en actitud amable y contemplando para siempre el barrio que lo vio crecer. A los pies de la estatua hay una placa con el plano del proyecto más ambicioso del arquitecto: El Eixample barcelonés, proyecto que ganó el concurso del Ayuntamiento de Barcelona por unanimidad en 1859, pero que finalmente no se llevó a cabo. En su lugar se ejecutó el Plan Cerdà, que da forma al actual Eixample. Supongo que Antoni Rovira i Trias llevaba al barrio de Gràcia en el corazón. Ahora Rovira i Trias forma parte del corazón del barrio para siempre. Bonito homenaje.