Sergi Arola se lo ha de hacer mirar! Estuve con mi pareja el viernes pasado; Un desastre: Los calamarcitos eran calamares de bareto, el solomillo, como a mí no me gusta sangrante, lo pido partido en dos y me trajeron algo seco parecido a una suela de zapatos: incomestible!!! Así lo manifesté y tardaron casi ½ hora en traerme esta vez media ración(se ve que descontaron por el bocado que a duras penas conseguí tragarme) Ah, las patatas fritas de las congeladas!!! Y ahora llega lo realmente SURREALISTA: mientras esperamos los postres, nos viene una camarera y nos ofrece si queremos un masaje en la cabeza y hombros allí en la mesa! Como? Le hice repetir porque no dábamos crédito a aquello!!! Naturalmente le dijimos que no. Increible, Sr. Arola
Albert A.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Fuimos con un grupo de amigos, nos sentaron en la mesa al lado de los lavabos pero no hubo problema. Buen servicio, el local es increíble, tienen muchos cocktails y de calidad. Y la comida es exquisita.
Pablo M.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
Un local muy bien ubicado en las proximidades de Francesc Macià, un tanto oculto a vista de calle, ya que se accede por la plaza en trastienda del edificio Godó. Un sitio«modelno», con una decoración cool muy del momento. Iluminación sobria, sofás con cojines de todo tipo, mesas altas, bajas, compartidas, barra, etc. Ura es un local donde la gente va a lucirse antes de la cena, con la copita previa de «afterwork». Eso queda patente desde el minuto 1. El «postureo» puede llegar incluso a ser algo molesto. Recomiendo ir trajeado o arregladete. Tema comida, pues nada mal, aunque no tenía demasiadas expectativas… Unos primeros para compartir: rissotto al dente, ¡fantástico!, una tortilla de patatas cuajadita espectacular y unas croquetas de ibérico y ensalada correctas. Con los segundos platos pude corroborar que la cocina, aunque no es súper rápida está bastante bien. El salmón ultrafresco y bien aderezado y la hamburguesa con el punto de cocción ideal(color rosáceo por dentro). Para rematar la velada, postres ricos y las copas, que en un sitio así no pueden ser otras que gin & tonics… Si no pides eso, pues ¡la gente te mira mal! y ¡el camarero también! jeje A partir de las medianoche, pues nada, algunas mesas se empiezan a desmontar, las propinas empiezan a correr, las luces sobrias bajan a niveles mínimos de seguridad y el musicón empieza a ensordecer al personal… Diréis… ¿3 estrellas? Bueno, no puedo valorarlo mejor sin haber visto ni la carta, ni los precios!!! Se trataba de una cena de empresa, con menú concertado.
Georgette A.
Évaluation du lieu : 2 L'Eixample, Barcelona
Muy buen ambiente. El servicio terrible, la camarera se le olvidó apuntar nuestra orden y nos dió la excusa de que el chef había salido de emergencia con un cólico…al final llegó la comida, porciones pequeñisimas y el carpaccio de gambas medio congelado. Esta bien para ir de copas, pero no lo recomiendo para cenar.
Sharon A.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
Un buen amigo me invitó a cenar a este restaurante el viernes por la noche, me dijo que era un sitio que se había puesto muy de moda. El restaurante Ura(«agua» en vasco), lleva abierto desde el mes de noviembre del pasado año y la verdad es que el local se llenó hasta los topes. Se puede ir a cenar o hacer unas copas y está justo en los bajos del edificio del Grupo Godó /La Vanguardia de la Diagonal, justo detrás del restaurante«Danone». Sinceramente, lo que más me gustó fue la decoración. El espacio mezcla con mucho gusto mobiliario y detalles vintage con otros elementos modernos. Mucha madera gastada combinada con cristal y espejos. Muy cuidados todos los detalles: lámparas vintage, cuadros, cojines, marcos de cuadro colgando del techo por cadenas… Los ventanales están cubiertos por cortinas de terciopelo, a juego con los sofás de las mesas más bajas. Las mesas altas disponen de taburetes. Al final del restaurante, cerca de los lavabos, hay una mesa presidencial más elevada que el resto y es realmente preciosa. Todos estos detalles sumados a la tenue iluminación otorgan una agradable sensación de calidez. Nosotros cenamos en la barra. La comida no está mal pero por el sitio, el tipo de clientela, y el precio, me esperaba algo más. Las«brochetas de gamba y panceta ibérica» venían con un poco de cebolla y soja lo que les daba un sabor dulzón. Los«huevos rotos», nombre con el que aparecen en la carta, venían con mucho pimiento rojo, y a mí el pimiento no me gusta por lo que tan solo me atreví a probar el plato. Además las patatas parecían asadas o hervidas más que fritas. Las croquetas de jamón y el risotto tampoco se salían de lo normal. De segundo pedimos un «solomillo de buey con piquillos asados a la leña» para compartir, y estaba bueno y tierno, pero la pieza era algo pequeña para los 22 euros que costaba. El «tataki de atún rojo con salsa dulce de chile y tempura de berenjena» no estaba mal pero tampoco era para tirar cohetes. La apariencia de los platos y del lugar quedan bastante por encima de lo que luego realmente es la comida. Es el típico sitio que se ha puesto de moda entre la gente bien de Barcelona y que le da más importancia a dejarse ver por ahí que la comida en si misma. Mucha gente sólo va hacer copas. Por otro lado, el logo de la entrada no me gustó nada, parece un antiguo flyer de discoteca Matinée, lo podéis ver en la foto que he colgado.