Can Nabo

Sinceramente, creo que ahora no sabría volver, lo encontramos gotiqueando un sábado de resaca.
Cuando se ha trasnochado, al día siguiente, se tiene hambre a todas horas, pero nunca se sabe de qué. Al pasar por enfrente Can Nabo, ni lo dudamos, menú 4 euros, ya estábamos dentro. El local era cutre como nos gusta, au revoir frivolités, el triunfo de lo verdaderamente auténtico y duradero. Sus manteles floripondios, o frutipondios, lo olvidé, me encapricharon. El hogar estaba repleto repleto, no cabía ni una hormiga, nos bastaron 2 minutos para sentarnos. Recuerdo los macarrones con tomate y sobre todo la vajilla, todos (los dos) teníamos servicios diferentes, genial. La cuenta salió estupenda, pero la conclusión fue: para días de pereza culinaria desorbitada. No para disfrutar de un manjar.

¡Contenta, feliz y sorprendida! Sobretodo… ¡Sorprendida! ¿Motivo? ¡He descubierto un sitio donde puedes comer un menú de mediodía o de noche por sólo 4 € en el centro de Barcelona! ¡Y no fritanga barata e industrial, no! ¡Comida sana, variada y muy pero que muy rica! ¿Que de qué sitio estoy hablando? ¡Pues de Can Nabo! ¡Anotadlo, anotadlo! ¡Can Nabo!
Puedes tomarte un plato único a 2,50 euros; un menú estrella de dos platos –incluye ensalada, risotto y pasta– por 4 euros, y un menú de dos platos (uno generalmente de carne, pollo o pescado) y postre a 6,50 €.
En cuanto al local, es sencillito pero muy acogedor, y en cuanto al servicio, los camareros son un encanto.
Si andas mal de dinero pero quieres comer bien… ¡Can Nabo es tu sitio! ¡Aprovechémoslo ahora que los turistas todavía no lo han descubierto!

Súper entrañable, baratísimo y de cocina totalmente casera. Un mesón hippy de barrio, con una gran barra en medio y varias mesas con mantel de flores ¿o eran frutas?.
Y, claro, es lo que es: menú de 4 € (¡ inaudito, ni en la cantina china!) que incluye dos platos de comida muy sencilla, muy de pasta con tomate o arroz con verdas. Y postre, una manzana. Pero lo que se dice pin pan pum! Algo, por cierto, que se agradece entre tanto artificio general. No necesitamos cada día lubina con crema petazeta! ¿verdad?
Eso sí, está ubicado en un recoveco del Gótic, fácilmente encontrable desde Carrer Ample. Es una cucadita de sitio. Ideal para simplificarte y comer sano a final de mes.

«Hay que bajar por la rambla y casi al final doblar a la izquierda. Hacer dos calles y a la izquierda de nuevo… por ahí». Las indicaciones no fueron del todo precisas o tal vez yo no estuve lo suficientemente «fino». Pero luego de divagar un poco llegué a Can Nabo. Es el tipo de restaurante que me hace sentir cómodo, porque la calidez y naturalidad de las personas que trabajan allí y la simpleza de la decoración me hacen sentir como en casa.
El menú, que funciona todo el día, cuesta 4 euros. Sacando cálculos llegué a la conclusión de que es más o menos lo que gasto para hacerme una comida más o menos elaborada. Sólo que aquí puedo elegir entre 4 opciones. Con la mitad de la cocina compartiendo espacio con la barra, justo enfrente de las mesas, suelo aprovechar para espiar sobre la calidad de los platos del día.
Para la bebida fiel a la jarra de agua purificada a 0,8 €.
Me voy agradeciendo a los trabajadores que siempre devuelven el saludo sonrientes, «hasta la semana que viene», les grito, pero por dentro sé que posiblemente vuelva en un par de días.