Évaluation du lieu : 4 Hospitalet de Llobregat, Barcelona
Ambiente genial, buenos precios y muy amables camareros. Distintos ambientes en distintos niveles transmiten la sensación de que el sitio es diferente cada vez que lo visitas.
Jovis X.
Évaluation du lieu : 1 Karlsruhe, Baden-Württemberg
The Bar does no longer exist. Attention: reservation works but cannot be realised. Die Bar gibt es leider nicht mehr. Reservierung wurde dennoch automatisch angenommen.
Kara P.
Évaluation du lieu : 4 San Diego, CA
Ginger is great for brunettes and blondes too. Be patient, the bartender puts lots of love to the cocktail a la prohibition style. We sat right in front to watch all the concoctions and choice of ice cubes meticulously designed for each drink. Mojitos seemed to be the highest requested. We enjoyed bold red wines recommended by the server and loved the local vibe here. Word is that they play jazz music here. Hence, it was an over 30 crowd. A great spot for after dinner and they have hooks for your purse so you can keep your eye on your stash.
Meghan A.
Évaluation du lieu : 3 New York, NY
Ginger was a pretty standard bar that was less touristy than most in the area. It was very dark, had a nice atmosphere, and was reasonably priced. The bartender was a nice guy, but there was only ONE bartender for the entire 2-story bar, assisted only by one or two waitresses fetching the occasional glass of wine between running bevvies to their tables. He was clearly overworked, and I felt bad for him, but it took FOREVER to get a drink. Still, I’d go back.
Luis C.
Évaluation du lieu : 4 Londres, Reino Unido
¿No es agradable conocer una coctelería donde sabes que siempre puedes ir y te lo vas a pasar bien? Ginger es una de estas. El sitio es agradable, el precio razonable y los cócteles están buenos. También tienen una carta de vinos y cavas a precios muy competitivos. Por si te entra el hambre, también sirven tapas y postres. ¿Mojito con pastel de chocolate? Si no lo has probado, no sé a que esperas…
Laia O.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
Ayer volví al Ginger con un par de amigas y me siguió pareciendo un local con una decoración exquisita, en el que te tratan muy amablemente y en el que la música es muy agradable. Pero, aunque buenos, los platos para picar son caros, puesto que son del tamaño de una tapa, 8 euros de media por cada me parece caro, quizás no lo notas cuando te pides un tartar de atún, pero sí cuando, como ayer, pides unas mini hamburguesas con queso; la calidad y la cantidad no compensaban ese precio, si lo mereciera soy de las personas que no me importa pagar por comer bien. En la carta de cócteles sigo echando de menos la ginebra: cero cócteles con ella… No sé, es un lugar tan bonito y bien situado, que me sabe mal que por dos cosillas… Pero es que no son dos detalles.
Álex R.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Creo que este local hace demasiadas concesiones a la comercialidad y al entretenimiento de los jóvenes. En el mismo se encuentran demasiados grupos de personas alegres, bebiendo y conversando animadamente. No tengo nada contra el esparcimiento, faltaría más, pero me da la impresión que este es un bar al que le iría mejor un aire más solitario, adulto y melancólico. No me parece un lugar apropiado para reír, más bien al contrario, y sin embargo la gente allí se lo pasa de maravilla. La barra es un lugar desde el cual se dispensan refrigerios en cantidad, cuando a mi entender debería ser más bien un refugio para ahogar las penas. Es un bar que tiene toda la pinta de ser un amigo sobre el que poder verter nuestras miserias, y sin embargo en realidad es más bien un conocido al que le gusta divertirse y que no que le den demasiado la brasa. No admite margen para la tristeza, lo cual es una verdadera lástima. Dicho esto, me parece un lugar estupendo para ir con uno o dos amigos. Un buen local para después de cenar, para la intimidad y la confidencia, a la que contribuye una luz suave y oscura.
Inma V.
Évaluation du lieu : 5 Nueva York, Estados Unidos
Es mi coctelería favorita de Barcelona sin ningún género de dudas. La conocí por casualidad hace poco más de un año y, desde entonces, siempre que puedo vuelvo. De hecho, me entra una especie de mono cuando llevo tiempo sin ir. Tiene dos entradas porque ocupa el bajo de un edificio que hace esquina con dos estrechas calles del Gótico, cada una de las cuales tiene una puerta de acceso. Dependiendo de si entras por una u otra quizás el ambiente del local sea un pelín diferente. Por la de la calle Lledó te quedará claro que te has metido en una coctelería y si lo haces por la de Palma de Sant Just quizás creas que estás en un coqueto bar de tapas con muy buenos vinos. Si fuese este el caso no estarías muy desencaminado porque tienen una reducida pero muy exquisita carta de comidas más o menos rápidas: tartaletas, brochetas, ensaladas… Y una selección de vinos nada despreciable. Pero para mí es LA coctelería. Los negronis son exquisitos, logran el punto perfecto de amargura, algo que parece fácil pero no lo es. La carta ofrece los clásicos cócteles, nada de inventos de dudosa autoría local… Eso sí, si de repente tienes el día cretivo y se te ocurre una mezcla imposible, muy solícitos ellos, te la preparán sin problema. Es un lugar cálido en cuanto a decoración: reina la abundancia de colores amarillos, naranjas, rojizos, camel… Pero sin estridencias, todo dentro de una gama muy setentera de barra, suelos y paredes de madera. Los asientos son de algún sucedáneo de piel, seguramente sky, en versión sofá o taburete. El local se divide en niveles lo que consigue crear varios ambientes separados pero integrados al mismo tiempo, no sé si me explico muy bien… Pero la ubicación de luxe es la planta de arriba, al lado de los baños. Si encuentras alguna de las dos mesas libres, te tirarás un buen rato allí. Y es que, aún encima, la música siempre es buena: Tom Waits, Bill Evans, Leonard Cohen, John Coltrane… Y contribuye en gran medida a hacer del Ginger un lugar favorito al que, si por mi fuese, iría cada día en peregrinación.