La Ría

Las bravas no son muy recomendable pero el resto de la comida… Uffff
No había comido un Tajin tan bueno desde que visité Marruecos.
Las gambas flameadas con Ron muy buenas.
Y sin duda de lo mejor un tipo de bocadillo de salchichas con varios ingredientes (parecido al Durum).
Habrá que volver a probar el resto de carta

me siento obligado poner un comentario aqui ya que pase por La Ria este fin de semana, y después de 2 meses reformas, acaban de reabrir !
pues nada, fue buena ocasión para re descubrir este lindo rinconcito de gotico, de nuevo decorado con buen gusto, rollo muy agradable y relajado, precios estupendos. Tienen comida casera muy deliciosa, tome un Tajin (receta tradicional arabe) y es todo un recuerdo ! :-)

Debido a mi adicción a Unilocal el pasado fin de semana queríamos ir a cenar de tapeo por el centro de Barcelona y no sabíamos dónde ir sin pagar el gusto y la gana y estar rodeados de guiris. Así que, gracias a la aplicación móvil, encontramos este lugar! Todo un descubrimiento!
El ambiente del restaurante es peculiar ya que creo que hay mucho extranjero pero que ya reside aquí! La luz es ténue y el ambiente relajado y la decoración es un poco pintoresca.
En seguida nos atendieron y sirvieron muy rápido también y buenísimo todo!
Nosotros pedimos pimientos del padrón, queso manchego, jamón, pan con tomate y gambas, más la bebida. Nos salió por menos de 10 € por persona y todo buenísimo…
En fin, altamente recomendable! seguro que volveremos!

La Ria is the anti-​tourist trap. You can’t go wrong with the 1.5 euro glass of Rioja or the small but authentic list of tapas. It’s one of those places as a traveler where everything tastes better the longer you stay. My wife and I were the only non Spainards in the bar. It was a pleasure to have that fly-​on-​the-​wall feeling. This is a great choice for people who are tired of jamon y queso sandwiches, want cheap wine, simple Spanish dishes, all with a neighborhood feel.

Sitio muy agradable, buena musica, precios asequibles y muy trato. Mencion especial al pastel de chocolate casero.

Bar acojedor muy recomendable, te y manzanilla natural, trato muy agradable, hacen tartas caseras, se escucha Johnny Cash de fondo… Increible

Este es uno de esos descubrimientos que haces por la ciudad sin quererlo, y de los que después te sientes todo orgulloso.
La verdad es que entramos por casualidad hace tiempo callejeando tomando cervezas al mediodía. Gran acierto. Consumiciones baratas, acojedor y con tapas ricas ricas. Apenas degustamos muchas cosas que nos hubiera gustado porque ya íbamos bien servidos, pero la verdad es que todo lo que servían tenía buena pinta.
También tienen menú y todo a un precio muy razonable.
Se nota cuando encuentras un garito made in «el Norte» y no lo hace para forrarse.
Recomendado!!!

Aunque no seas un experto en tipografía, por su letrero se puede deducir que estamos ante un bar-​restaurante vasco auténtico y alejado de las cadenas de locales de «pintxos» de los que Barcelona está atestada.
Se come bien y muy barato y los precios del txacolí son de risa.
No es extraño que más de la mayoría de los parroquianos sean vascos y estén hablando en euskera, ni tampoco que suene Eskorbuto. Por las noches hay ambientazo, todo muy del estilo «cuadrilla», muy auténtico. Un dato para rockeros: el propietario es un antiguo miembro de la mítica banda de Getxo, El Inquilino Comunista.

Viniendo del gran edificio de Correos de la Plaza Antonio López, junto a Via Laietana, me adentré en las callejuelas del Gótico y cogí la calle d’En Gignàs. Seguí avanzando, recordando tiempos adolescentes de tascas, y me encontré en su cruce con la calle Milans el restaurante bar La Ria. Queda justo detrás de la calle Aviynó y muy cerca de la transitada calle Ferrán. En el medio del meollo pero, a su vez, apartado de todo. Entré a comer. El ambiente estaba muy tranquilo, creo recordar que con la mía eran cuatro mesas ocupadas. Seguí la sugerencia de la pizarra del exterior que anunciaba un menú por 6’50 €, una cifra en peligro de extinción que quería revivir. Por este precio todavía se pueden ofrecer comidas exquisitas. Parece que hay lugares que a pesar de la crisis optan por la honestidad. De primero: una sabrosa y casera crema de verduras, de segundo una ternera en salsa que el pan ayudó a terminar, y postre o café como no. También el vino o el agua está incluido. Una segunda opción, todavía más económica, es el plato del día y la bebida, por 4 €.
Además, es un bar con buena música, gracias a la inquietud de sus propietarios, venidos de Italia y el País Vasco, y con arte: unos interesantes cuadros, mezcla de técnicas fotográficas y pictóricas, formaban parte de la exposición del momento.