Marula Café

Mi opinión se basa únicamente como sala de conciertos y no discoteca. Asistimos a un concierto que se supone que empezaba a las 21:30 y justo a esa hora abrían las puertas, por lo que el concierto empezó una hora tarde. Mal inicio. Cuando por fin abrieron fuimos directas al baño (insisto: local acabado de abrir, un sábado noche). Pues resulta que no había papel en algunos de los lavabos y no había jabón para lavarse las manos en ninguno de los dos dispensadores. No me quiero imaginar como acabarían la noche esos baños…
La decoración del local, por contra, me gustó, con unas tonalidades donde predomina el rojo. Como fuimos de las primeras en entrar nos pusimos en primera fila y pudimos disfrutar mucho del concierto, pero el local tiene una serie de columnas en medio de la pista que hace que depende de donde estés casi no veas el escenario, por lo que recomiendo ir con tiempo.
El local está por el centro de Barcelona, por lo que el ambiente es muy variado, y con muchos extranjeros.

I totally agree with Caroline C. This place is unpretentious, lots of funk and soul, a much better time than I thought that I was going to have. No EDM, no creepy people. Everyone there looked like they were having a good time, the crowd seemed to work together to ensure that everyone was enjoying themselves.
Coat check, bartenders were attentive, and it was easy enough to get a drink. I don’t remember the drinks being too expensive for a club.
We left around 4:30 am, and the crowd was showing no signs of stopping any time soon.
A blast.

like unpretentious places to dance that don’t have vip areas or bottle service? does james brown get your hips moving? do you love to give it up to the funk, soul, disco, and maybe some reggae or salsa, a few beers in?
further, they have coat check, which i almost always use and always leave valuable things with, and they’ve been awesome. the bathrooms are a little sketch but nothing a good hover won’t solve.
this place is my kryptonite.

Really not a bad deal of 8 euros for cover and a drink (beer or well drinks only). It seemed like the best option on a rather skeezy street. I wasn’t sure what to extrapolate from «afrobeats» as advertised on their website, but anything that isn’t house or dubstep is fine with me. This turned out to be one of the most unique and fun nights out dancing I’ve had. It was interesting to dance to funk, soul, and motown! Everyone was respectful of space, without the usual creeps trying to press up on you. People seemed like they just wanted to have fun with their friends, and a few people actually welcomed us into their circle of dancing in good spirit.
Unfortunately, drinks were pretty expensive and not very tasty. I wouldn’t check your coat either — save your euros and keep it along the wall on one of the bars, because the air conditioning chills you to the bone, so you’ll need to grab it if the club isn’t very crowded.

Si no sabes a donde ir y estás por el centro, el Marula siempre puede ser una buena solución. la entrada es gratuita o te la cobran a 10 euros con copa incluida. El ambiente está superbien, la música puede ser mejor o peor dependiendo del día pero nunca va a ser muy mala, es decir mantienen cierto nivel. La gente de todas partes y para todos los gustos. Los baños normalmente limpios, los chicos de la entrada amables. Si entras en su web hay una dirección de @ donde puedes solicitar la tarjeta Marula con la que tienes descuentos en bebida, entrada etc.

Meine fast beste Cluberfahrung in BCN. Super Funky sound, viele viele Hübsche Mädels, jedoch auch viele Touristen.
Der Club ist von der Einrichtung super cool und mittem im elGotic in BCN, sollte man gesehen haben!

My Catalan friends took me to this nice little club off Las Ramblas which plays Funk, Soul and Disco. A breath of fresh air to the Euro dance tunage you seem to hear. Paid EUR10 to get in but you get a drink with your ticket. They have two bars so even when it’s busy you get served quick. We left about 6am (ish) and it was busy until 5am I would say. Again, as you leave watch out for people trying to pickpocket you on the streets nearby. The dj’s play proper vinyl too and know their music.

Nos cerraron el Clandestino y nos quedamos huérfanos de Crocanti. Por suerte, ahora es el Marula Café el que acoge estas fiestas mensuales que monta Ari Up de good2b y tanto mejor, porque en esta nueva sala el Crocanti es mucho más negro por dentro… aunque sigue igual de crujiente por fuera.
No había estado antes en este local, pese a que sé que hacen fiestas diferentes cada semana, por lo visto todas con un rollo bastante negroide, y no solo eso, sino que en este ámbito está por encima de todas. Y conociendo el Crocanti puedo decir que el sitio le viene al pelo.
Es una sala elegantona, con un rollo de bar de streaptease setentero con sus cortinas rojas y sus espejos interminables. La cabina del dj está elevada (como tiene que ser, para que presida y reine la noche) y la pista es amplia y cómoda para bailar hasta que los huesos aguanten. Mola porque, conscientes de que la parroquia que desfila todos los fines de semana hasta este altar del funk es de una edad y tipología determinada –mayoritariamente treintones como moi que dejaron el calimocho en las aceras de Poble Nou — tienen una buena selección de alcoholes que incluyen varias ginebras para ese brebaje tan hipster y tan de moda que es el gin-​tonic.
Es un sitio al que ir para reventar la suela del zapato, para bailar, beber y olvidar dejándose llevar por los ritmos más frenéticos y dejarse embaucar por el Black Power.

El Marula es un local a medio camino entre el bar musical y la discoteca. La entrada es gratuita normalmente y a cambio los combinados son algo caros, eso sí, están muy bien hechos.
Abren hasta las 5 o 6 de la madrugada y ha conseguido diferenciarse del resto de locales de moda ya que aquí ponen música negra, soul, house y funk.
El modelo Marula se instauró en Madrid por parte de un barcelonés intentando ofrecer algo distinto en la oferta nocturna de la capital y tal fue el éxito que ha traído aquí el mismo concepto.
Pese a estar en el centro de Barcelona no es un local que se ponga hasta los topes, sobretodo entre semana y siempre hay un ambiente muy festivo y de buen rollo.

Tengo la vista nublada por los destellitosde los cristalitos, o es por los destellitos de los hielitos, o será el refulgir del aire de tanto dar vueltas y tanto bailoteo exacervado.
Realmente, una de las pocas salas del centro en las que bailar funk&soul más o menos electrificado hasta el fin de los fines. Y también para atravesar otras almas, dinámicas o estáticas, en los pasillos.
Ah! Dentro no hay cobertura.

Si tuviera que definir el Marula en una frase corta y concisa, no dudaría en decir que se trata de «la auténtica meca de la música soul y funk de Barcelona». Tampoco es que tenga demasiados rivales en este género musical tan minoritario, pero esto no le resta ni un ápice de mérito. Siguiendo con el glamour y la estética que siempre ha caracterizado a los ritmos negros, este club se nos presenta con un diseño muy cuidado, con las paredes de cristal (igual que la cabina del DJ), el techo de madera y una enorme bola de espejos colgada en el centro de la pista de baile. Dispone de dos barras, una en cada extremo, y últimamente preparan mojitos bastante buenos.
Lo que más destaca del Marula es que tienen una programación diaria consagrada al «groove» y los fines de semana organizan conciertos con los nombres más destacados de la escena nacional e internacional. Por su pequeño escenario han pasado nombres ilustres como Kylie Auldist, Cookin’ on 3 Burners, Big Boss Man y los barceloneses The Excitements (que reventaron el local en la presentación de su primer álbum). Asimismo, el Marula organiza las mejores «after party» cuando hay conciertos de soul y funk en otras salas más grandes de Barcelona, tal como sucedió con la visita de los Osaka Monaurail y The New Mastersounds. Sea como sea, todos los caminos de esta música frenética y pasional acaban confluyendo en este local tan emblemático, ubicado en la bulliciosa calle Escudellers (muy cerca de la Plaza Real).
Gracias a su constancia, a sus DJs residentes y a su buena programación, el Marula ha consolidado un público que adora la buena música y se ha convertido en uno de los locales con más clase de Barcelona. ¡Soul Power!

El sábado por la noche ir de la pista de baile del Marula a los lavabos fue como pasar por el túnel del amor. Conté más de 5 parejas besándose apasionadamente por los rincones. Estuve a punto de hacer un ranking de besos apasionados. Si lo hubiera hecho, habrían ganado los que encontré fuera del local, mientras fumaba. Se habían «escondido» en la portería colindante con el Marula. Y estaban tan ocupados que no se dieron cuenta que estaban pisando los botones del interfono. Nos dimos cuenta porqué salió un personaje de un balcón, con los pelos del revés, pidiendo por favor que dejaran de molestar. Es lo que suele suceder en la calle Escudellers de Barcelona. Las noches no son tranquilas. No sé si era luna llena, por eso de tanta pasión desenfrenada. Quizás era el local, que con sus cortinas rojas de terciopelo inspira… Pero yo me concentré en lo mío. Unas copas bien servidas (y muy cargadas) y unos bailes con buena música: soul y swing. La música ideal… el local «apasionado» y el ambiente muy variado. Gente de todos los lugares del mundo.