Ohla Terraza Chill-Out

Lloc preciós, pero una llàstima de qualitat, quantitat i atenció. Molt per millorar. no es digne a un hotel de 5 estrelles.

LOVE LOVE LOVE IT!
Ohla Terraza is a perfect place to relax, enjoy a drink and take in a bird’s eye view of the beautiful city of Barcelona. I have now been to Europe 3 times and this was my absolute favorite place I have been to so far. There is just something so special about the relaxing, chic, hip, yet non-​pretentious atmosphere that exists here.
Upon arriving at the Ohla Hotel property, one must take the elevator to the 8^th floor rooftop lounge, where the chill out bar is located. There you’ll find a bar that offers a variety of cocktails, beers and wines along with a stunning sight of the city. The music has a nice chill house feel, my favorite. The server here only spoke spanish, no english. That made me even happier as I got a chance to bust out my Spanish skills and order up a few glasses of wine. My mom and i really enjoyed this place. For me personally, it’s hard to describe how incredible and fantastic this place is. I just loved everything about it.
There is a pool on the roof top and the water was surprisingly warm when I dipped my hand in, but it seems to be more popular on hot days. On cool evenings, most people just chill on the lounge chairs or up on the bar. I will definitely be back again while in the city, perhaps a bit later next time to see how the crowd is.
In all honesty, if I lived here, I would come here every single day to enjoy all it has to offer, and I suggest everyone else check it out too if this is your scene.

If you are looking for a place to relax with a spectacular view, then this is the place to be. I scoured many different rooftop bars all over Barcelona but this one was my favorite. The pool on the deck is the perfect touch to validate your escape from wherever you came from. Casual, non-​pretentious, gorgeous view — what else can you ask for?

Fue una lástima que el día que me llevaran a conocer esta terraza fueses el primer día de frío y lluvia del otoño en Barcelona. Hasta unas pocas horas antes el Sol brillaba con fuerza y parecía que no iba a cambiar por lo que la idea de subir a esta terraza cuyas vistas de Barcelona se me anunciaron como espectaculares pareció una idea más que buena. Y sí, es cierto, las vistas son magníficas: una panorámica de 360ª sobre Barcelona, el centro los límites y aún más allá que hace las delicias de cualquiera.
La terraza dispone de camas balinesas en uno de sus laterales y lo que más llama la atención es la piscina lámina de agua de cristal. Es una pena que la cal haga de las suyas y tuviera cercos en la totalidad de cada una de las planchas y es aún más triste que no haya descubierto este lugar antes para poder disfrutar de la experiencia de meterme en esa piscina magnífica.
Buena selección de cominados con y sin alcohol, buen servicio, maderas nobles y vistas que quitan el hipo. No es tan caro como pudiera parecer y sí, los «ojos», están omnipresentes. Me gusta.

Al salir del ascensor de la octeava planta y girar mi cabeza hacia la derecha un sincero UAAAAAU salió de mi boca, y es que las vistas de esta terraza son maravillosas. Desde ella se divisan las torres Mapfre, la sagrada familia, el hotel W, Montjuic… llegué sobre las 8 de la tarde, y junto con la puesta de sol, me pareció una escena espectacular (hice una foto con Instagram que pienso colgar). Lástima que había llovido y tuvimos que irnos abajo, al bar-​cocktelería que tienen en la planta 0. He decir que también estuvimos cómodos y que el cocktail sin alchol que me pedí estaba realmente bueno. Un detalle de la educación del servicio fue que las cinco personas que estábamos nos levantamos y caminamos sin acordarnos de pagar, y no nos dijeron nada hasta que nos dimos cuenta y retrocedimos, con el típico ¡Ostras! ¡que nos vanos sin pagar! (ellos se habían dado cuenta, pero estaban esperando a que nosotros mismos cayeramos, cosa que me pareció todo un detalle, porque sino, ¡vaya vergüenza!). La verdad es que es un lugar al que pienso volver.

Para hacer más llevadero las calurosas noches de canícula nada mejor que un bien preparado cóctel en esta terraza del último piso del Hotel Ohla («el hotel de los ojos») con vistas sorprendentes y desconocidas de los tejados de esta parte de Barcelona. El espacio está ocupado por unas camas balinesas y, en un plano inferior están distribuidos taburetes y mesas altas justo al lado de la piscina. Para dar mayor sensación de frescor y tener la sensación de estar sumergido dentro de ella, el panel lateral está construido con placas de cristal de seguridad suficientemente resistentes como para aguantar la presión del agua acumulada en su interior.
Cócteles con y sin alcohol. Precio medio 12 – 15 euros.