Sala Muntaner

Ayer tuve la ocasión de ir a ver una obra de teatro, Boges, que os animo a ir a ver y a descubrir por vosotros mismos… y es que la línea que separa la fantasía de la realidad es tan estrecha que todo puede ser lo que parece … o no… Gran interpretación de las dos actrices que me mantuvieron enganchada a la silla durante toda la obra sin pestañear casi.
«Porque cuando huyes de los problemas, huyes también de su solución».
Esta sala en si es pequeñita pero acogedora. Es cierto que el lugar donde estuvimos (creo que es una única sala) no tiene las típicas butacas de teatro sino que eran unas sillas (cómodas eso sí) puestas unas al lado de las otras en hilera. Lo malo es que al no estar en alturas diferentes si te tocaba en suerte alguien muy alto delante te impide un poco la visión pero al no ser numeradas puedes sentarte donde quieras.
Los lavabos se encuentran en el piso inferior, una pequeña excursión y deberían revisar las puertas ya que al menos de las cuatro una no cierra bien.
El precio de la entrada (mejor se utilizan las plataformas de venta ya que sale un poco más rentable que la taquilla directa) me parece un poco alto para la sala en sí pero entiendo que una obra de teatro conlleva mucho más que una butaca o sala así que doy por bien empleado ese dinero (en mi caso 16 euros pese a que si se compra con tiempo puedes llegar a pagar 12 euros solo de los 20 que valen en taquilla).

La sala en si esta bien, no es para tirar cohetes pero bien, es una sala de aforo medio tirando a pequeño, aunque las butacas eran claramente mejorables ya que en vez de eso mas bien parecian sillas plegables que las habian fijado al suelo.
De todas formas el escenario esta bien, el equipo de luces correcto, dentro de la normalidad.
Pero la verdad, fue el servicio lo que me pareció deleznable y lo que le hace bajar puntuación. Y con el servicio me refiero a la que atiende al telefono, que creo que era la misma taquillera.
Todo fue porque me enteré que había una oferta de unas cuantas obras de teatro a 1,5 eur. Si como lo ois, obras de teatro profesionales a ese precio. Era debido a la celebración del «Dia del autor de SGAE».
Como es lógico llamé por telefono a la sala para reservar entrada pero estaban todas las entradas de varias obras agotadas, y solo quedaba una entrada para la obra Zona Franca. Me dijo que era porque habia venido un grupo a recoger ese dia unas entradas y habia sobrado una entrada.
Le dije que me interesaba que la reservara, pero como iba con mi mujer le dije que si me podia avisar si habia alguna entrada más. Me contestó francamente mal, con un tono quejoso y nervioso, diciendome que no puede ir avisando a la gente, que esto ya es un favor que me hacia, que se acababa de liberar una entrada y me la estaba ofreciendo, y que habia una lista de gente esperando, que iria antes que yo.
Entonces yo me dije bueno si tiene usted una lista es que tiene sus mails, pues apunte mi mail. Y me dijo «no se por qué te dije nada». Y no fue capaz de apuntarme como al resto de gente. Con lo que al final tuvimos que comprar la entrada de mi mujer a precio normal.
La verdad no entendí esta mala atención, asi como tampoco que me diga de una supuesta lista, que ella es la primera en quebrantarla ya que me ofreció una entrada a mí, cuando se supone que hay una lista de mails esperando que estaban antes que yo. Y por último encima que existe esta lista, no le da la gana de apuntarme, diciendome encima que por qué me ha dicho nada, como ocultando información a los clientes.
Como conclusión, me parece un servicio patético. Sin mas palabras. Se me merece una sola estrella, pero le he puesto 2 por que la sala no está tan mal, además de estar en una zona bastante céntrica de Barcelona, cerca de metro Universidad, y porque la obra estuvo magistral, con un guion repleto de humor y reflexión a raudales, y unos actores soberbios que deslumbraron a todos los allí presentes.

Una sala coqueta que no destaca en mitad de la calle muntaner y donde su taquilla tiene un horario un tanto peculiar. Nos acercamos alli para ver una obra (Zona Franca, almacenados) aprovechando que las entradas estaban a 1,5 €.
Las butacas no son numeradas y por ello se forma una extensa cola media hora antes de la función en la calle. Tienes que aprovechar para poder coger buen sitio.
La obra fue espectacular! la recomiendo a todo aquel que quiera disfrutar del teatro, de buenos actores y de una historia que da lecciones de vida :-)

Curiosa sala, la Muntaner… Un lugar perfectamente preparado para ser teatro, pero incómodo a muerte.
El escenario, una tarima y poco más, ha visto pasear a mi humorista fetiche: Godoy, al que vi aquí hace muchos años.
La ultima vez que regresé a La Muntaner fue estas Navidades para ver la obra mallorquina «Els Convidats», un drama sobre un triángulo amoroso en un sólo acto y un escenario. Difícil circunstancia para un texto correcto y una buena interpretación.
A favor de La Muntaner está su pequeño bar al final de la escalera y en contra, las incomodísimas butacas, más propias de una sala de conferencias que de un teatro, aunque sea pequeño.
Sin embargo, es de agradecer que Barcelona aún cuente con estos espacios para poner en escena obras que si no fuera por ellos, quizá se quedarían en el papel.

Reconozco que no soy muy de teatro. Con mil excusas; ahora porque me digo que es caro, cuando hay entradas casi tan baratas como las del cine; ahora porque me digo que no es fácil, cuando casi cualquier día por la tarde puedo presentarme en una sala y entrar sin reservas ni puñetas; ahora por mandangas de hábitos y costumbres, como si no me hubiera habituado a algo tan nuevo para mí como las redes sociales. A pesar de todo ello, un buen día fui a caer a la Sala Muntaner y rompí un poco más con todos los prejuicios. Es una sala informal, supongo que como muchas otras, con sillas plegables, casi de Ikea, y un escenario pequeñín, cercano.
No me esperaba algo así. El ignorante piensa en salas de teatro, aún en las que se abren a obras contemporáneas, y no puede evitar pensar en algo más ceremonial, más de postín. Dejando de lado la obra que viera aquel día me quedé con ganas de volver al teatro, que al fin y al cabo no cuesta tanto y que no tiene por qué ser solo para entendidos en la materia.