Good prices on everything, lots of TVs to watch soccer and billiards/darts/foosball if you feel competitive. It also seems like the Barcelona rugby team hangs out here. Awesome secret place.
Leo V.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Un bar con aire a Pub Irlandés, ideal pare ver los juegos y tomarse unas copas. En las noches toma un ambiente de fiesta bastante divertido!!!
Borja B.
Évaluation du lieu : 2 Barcelona
Sarrià es un barrio con muchas virtudes, de eso no hay dudas, pero también tiene carencias. Que tenga rasgos muy propios de un pueblo sitúa activos a ambos lados de la balanza, pero de entre los negativos está el tema del ocio nocturno: hay poca oferta y la que hay no es para echar cohetes. Este mismo establecimiento, por ejemplo, te salva la noche si andas por ahí, incluso puede que con unas copas y buena compañía pases un gran rato, pero la sensación de que estás en un bar de pueblo –en el mal sentido– puede que no te la quite nadie: esas máquinas de pantalla táctil, esa abundancia de clientes que parecen a todas luces los mismos de cada maldita noche, esa heterogeneidad en la edad de la clientela… No es que abogue por norma por todo lo contrario de lo que acabo de enumerar, pero aquí la combinación de estos elementos no me han provisto muy buenas experiencias. Quizá soy yo que no estoy hecho para este tipo de locales.
Mariona R.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
No son muchas las opciones que ofrece el casco antiguo de Sarrià para apurar la noche hasta que el límite horario lo permita. Para tan osado propósito, como un oasis se presenta el Sotavent en el desierto nocturno de Major de Sarrià. Unas escaleras estrechas descienden hasta una sala grande presidida por una barra y compartimentada en mesitas y banquitos de madera, a medio camino entre un salón del Viejo Oeste y el vagón-restaurante de un tren de los años 20. Los teléfonos de los 40, que cuelgan de las paredes, resultan un poco desconcertantes: de repente, te parece ver a Cary Grant llamando desesperadamente al editor de su periódico después de descubrir que sus entrañables tías se han convertido en unas asesinas a sangre fría de ancianos desamparados. Lástima que, al ladear ligeramente la cabeza, un partido de futbol de alguna liga europea en pantalla súper gigante te saca de esa ensoñación y te vuelve a la realidad. Una realidad un poco confusa, la del Sotavent, indefinida, pero no por ello desagradable. Al fin y al cabo, hemos venido a tomarnos unas copas, a escuchar un poco de pop-rock, a tener una charla distendida, y a emborracharnos un poquito, claro que sí.
Álex R.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
La estética y la decoración del Sotavent tiene muchísimo que ver con la de los bares de carretera de las películas norteamericanas. Si fuera sólo por la apariencia, podríamos estar en Twin Peaks, rodeados de leñadores barbudos con camisas de cuadros, motoristas tatuados, mujeres fatales arrimadas a la barra, esperando a su próxima víctima, y delincuentes que están de paso y que guardan el cadáver en el maletero del coche. Lamentablemente nada del Sotavent es tan interesante, y es que no estamos en un antro perdido de Montana o Wyoming, sino en la calle Major de Sarrià, una arteria principal de un barrio esencialmente burgués. Es un bar que anima al jugador que todos llevamos dentro, ya sea por las mesas de billar(casi siempre ocupadas), la tabla de dardos, las máquinas del Trivial o los juegos de mesa que uno puede obtener con sólo pedirlo, educadamente, en la barra. Schopenhauer decía que«no teniendo ideas que cambiar, se cambian cartas», lo cual sería de aplicación a este bar, en el sentido de que con tantos estímulos visuales y auditivos no se favorece la reflexión, la argumentación, o el simple intercambio sosegado de puntos de vista. No es uno de los mejores bares para conversar: la música generalmente está muy alta, los taburetes o bancos de madera no son los más cómodos del mundo y para colmo, los clientes se ven agasajados, como decía, por las diversiones más triviales y anodinas. Cierra tarde, eso sí, apurando el límite permitido por la ley, lo cual merece un reconocimiento público y demuestra el respeto y la compasión que tienen por el bebedor solitario en el Sotavent.