Bar París

Typical cerveceria with the only real highlight being the opening hours. Wouldn’t go back unless there wasn’t much else open.
On the bright side, the bikini (toasted cheese sandwich) was good.

Tuve ganas de ir a una noche a tomar tapas a este bar desde un día que pasé por la puerta y vi la pizarra con las tapas. Tenían algunas de mis preferidas, así que fui un par de días más tarde.
Me equivoqué de lleno. Los platos no eran como yo había imaginado en mi cabeza. Las tapas eran pequeñas, con bastante aceite, poco sabrosas y fritas desde hacía demasiado tiempo y recalentadas después. La falta de calidad tampoco se compensaba con un trato agradable del personal. Te ignoran bastante, salvo cuando pides la cuenta.
He leído que es un sitio bastante frecuentado los fines de semana por quienes vuelven a casa a altas horas de la madrugada o primeras horas de la mañana. Quizás a esas horas no te das demasiada cuenta de lo que comes :-)
No volveré, hay sitios mejores para ir. Así que no lo hagas tú tampoco.

Nunca sabes en qué momento vas a llegar al Bar París… Tras una noche de fiesta, a la hora del aperitivo, como opción de merienda-​cena o simplemente para tomar un café desde su terraza…
Son unas cuantas las veces que he picoteado en este singular establecimiento. Tal vez el servicio no es espectacular, tal vez el local no derrocha un diseño de vanguardia, seguramente los niveles de calidad podrían aumentar… Pero siendo sincero, puedo garantizar que tienen dos bocadillos que son referente en la zona.
Me refiero al «Gran Pepi» y al «Mac Pollo». El primero es a base de morcilla y huevo frito; una auténtica bomba de relojería pero que está muy rico. El segundo se compone de tiras de pollo rebozado con bacon y tampoco es que digamos ligerito…
Mi recomendación es partirse un bocadillo entre dos personas, ya que son generosos y acompañar con un par de tapas calientes o pinchos. Es un plan muy coherente en precio y que no defraudará.
Imprescindible disponer mesa en la terracita! Siempre coges algo de moreno y no tiene suplemeto de servicio!

Le pondría más de tres estrellas, o menos, ya que depende de lo que se valore de este emblemático local.
Si es para acabar una larga noche de borrachera, le pongo 5 estrellas, ya que allí te encontrarás a personajillos y personajillas en tu mismo estado, y los camareros, están más que acostumbrados, por lo que te sentirás en tu salsa. A primera hora de un sábado o un domingo suele estar lleno por este motivo.
Por otro lado, lo que a veces he podido desayunar allí no merecía mucho la pena, y no siempre he visto un buen trato por parte del servicio, hecho que quizás vaya relacionado con lo que he explicado anteriormente, pues probablemente estén un poco hartos de según que tipo de clientes.
Resumiendo, que sino eres de «afterhours» pero no te apetece irte a casa al salir de la disco, coge rumbo a París.

Quien no ha acabado una larga noche de fin de semana en este mitico bar-​restaurante?
Su extenso horario lo hacía interminable y por eso era visita obligada al salir los primeros destellos de claridad.

He ido hoy a desayunar, he pedido un bikini y un café con leche y me lo han cobrado casi 5 euros. El bikini vale 3.50 euros, creo que es muy caro para lo que es, no estaba muy bueno. Suerte que no he pedido zumo de naranja natural (me lo han ofrecido), seguro que me lo cobran 5 euros. Antes fui dos o tres veces y nada especial, lo único que tiene es que abre muy pronto.

He estado dos veces en el local. La primera vez fue una buena experiencia, buen trato que hizo que las tapas me parecieran buenas. La segunda vez fue desastrosa, un camarero nada servicial que presta más atención a un partido que a sus clientes te desanima a la hora de pedir algo. Las tapas son normalitas, recalentadas, sin nada más que destacar.

Este bar es un clásico para los fiesteros que quieren tomarse algo y despejarse después de una larga noche. El Bar París abre sus puertas antes de que algunas discotecas cierren las suyas. Por eso es frecuentado tanto por hiper-​madrugadores, como por trasnochadores. Mezcla difícil de conseguir, pero que le ha un ambiente curioso.
Si amaneces a horas decentes también puedes ir a desayunar bien entrada la mañana o tomar una caña. Además ofrecen las típicas tapas, algunos platos combinados y bocadillos. Nada del otro mundo, pero bien.
Eso sí, los días de partido del Barça está a reventar.

El bar París, lo reconoceréis porque en un alarde de creatividad los dueños pusieron una Torre Eiffel en el cartel, tiene dos caras.
Entre semana es un bar que se llena tanto a la hora del desayuno como la comida de ejecutivos y gente que trabaja por la zona del Eixample izquierdo.
Los fines de semana pero, es un templo, un sitio de peregrinaje al que mucha de la gente que sale por Barcelona va a desayunar tras una larga noche de borrachera.
Su bocata más famoso es el que lleva jamón, queso, bacon, lechuga, tomate y un huevo frito con la tapa agujereada. Dos bocados son la prueba definitiva: si tu estomago aguanta, la noche ha sido un éxito. Si no, te espera un largo día de resaca.

Una larga noche de juerga se merece un final apoteósico. Y para ellos, nada mejor que ir al Bar Paris: años y años alimentando a los más noctámbulos antes de que vayan a la cama lo acreditan. Aquí no sirven delicatessen, todo es calórico, grasiento, sabroso y con un poder reconstituyente fuera de lo común. En el Paris garantizan una cosa: no te irás a la cama con hambre.
De todas maneras, las aves diurnas también pueden visitar este establecimiento. Sus bocadillos y tapas gustan mucho a los peques, sirven desayunos y se puede tomar un aperitivo. Los precios son razonables y está muy céntrico, además de tener una soleada terraza.

Un clásico al que acudir a las 6 de la mañana de un sábado o domingo, tras pegarte la gran juerga en las discotecas.
¿A qué se va? pues a desayunar para así poder ir un poco más digno a dormir. Pide el sandwich París…3 pisos de bacon, huevo, lechuga… mmmm delicioso… sobretodo a esas horas.
Pero el Bar París también es lugar de encuentro para copas, en las que a fuerza de ir mucho, los camareros te conocían y te invitaban a alguna de vez en cuando. El trato llegaba a ser casi, casi familiar.
Bar recomendable para tomar el aperitivo o ir a desayunar a horas más normales, tiene mini tapas, zumos, cafés y una terracita agradable para los días soleados.