Smoking Dog

Para los que no son muy sibaritas en el tema de los cubatas y les trae sin cuidado la marca de whisky, vodka, ginebra o ron, este es un buen sitio. Uno puede sacrificar calidad por cantidad, y beber casi el doble por el mismo precio. Mientras el estómago no se resienta, el trato vale la pena, a no ser, insisto, que a uno le guste paladear, y hacerse el fino. El ambiente está bastante dividido. Hay una cierta proporción de turistas, generalmente más animados que los grupos autóctonos, y que con un poco de suerte nos obsequiaran con algún baile simpático y desmañado, fruto de los primeros síntomas de una incipiente embriaguez. La música está compuesta por los grandes éxitos actuales, lo cual no ofrece perspectivas demasiado halagüeñas, pero para un rato, y estando en un ambiente de risas con los amigos, termina siendo resultón. La gran virtud del bar es que está rodeado de bares mucho más caros, de manera que esta es la alternativa más razonable para los que no están dispuestos a gastarse cuatro euros por una cerveza. Su sentido común es su mejor virtud, lo cual, hoy en día, no es poca cosa.