Estuvimos con unos amigos para hacer un vermuth y de paso comer algo, el sitio es agradable, nostálgico, bien situado y la terraza está en medio de la plaza de la revolución, en pleno centro del barrio de Gracia. Ofrecen una carta variada de tostadas y bocatas, tapas y ensaladas, todo a un precio razonable. En definitiva, es un buen sitio para ir a tomar un vermuth y unas tapitas sinó te quieres calentar la cabeza. En resumen, recomendable. ¡Repetiremos!
Anna P.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
¡Lo conseguí! quedé con una amiga para tomar un café y conseguimos sentarnos en la terraza. Soy un poco exagerada pero este bar tan mítico de gracia se llena hasta los topes casi todas las horas del día, sobretodo la terraza. Por dentro es una pasada lo chulo que es, sobretodo por lo que recuerda a un bar antiguo de años atrás. Yo he venido varias veces a tomar cervezas y alguna tapita por la tarde(dentro) pero la verdad es que el otro día pudimos tomar un cafecito fuera. El servicio es muy amable y el café muy bueno! Yo siempre que pueda volveré porque para mi es mítico y vale mucho la pena además por la ubicación.
Álex R.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
En el Canigó es imposible tener una conversación aburrida o insustancial. Por alguna razón misteriosa se han conservado en el ambiente las inteligencias de los hombres eminentes que se reunían allí antaño, las cuales transmiten su lucidez y clarividencia a los nuevos clientes. Allí surgen los temas que de verdad nos importan a todos, y desde esa sala uno es capaz de abordarlos como desde ningún otro lugar. Si hay algo que le preocupa a uno, y lo quiere comentar con un amigo, pero tiene miedo de no saber exponerlo con claridad, vaya al Canigó. Curiosamente lo que más caracteriza este bar es un griterío ensordecedor, que además va in crescendo, conforme pasan las horas. Es un bar efervescente, siempre lleno(es recomendable llegar cuanto antes mejor) pero cuyo alboroto no molesta excesivamente al ser la subida de decibelios muy gradual y prácticamente imperceptible, si uno no sale al exterior para comparar. La agitación general se contagia, y la excitación de una mesa se expande hacia las demás. Al final uno termina defendiendo opiniones con fervor y bramando sin darse cuenta. Es un bar en el que uno tiende a sobredimensionar, a exagerar, y a pontificar con excesiva alegría. Es posible que lo que se diga en el Canigó exija, posteriormente alguna clarificación, rectificación, o por lo menos un matiz. Pero en parte se trata de eso, de dejarse ir y de ser, por lo menos oralmente, irresponsables. Al salir uno se encuentra cansado, y, como después de una sinfonía enjundiosa, larga y grave, cualquier cosa que venga nos va a saber a poco.
Borja B.
Évaluation du lieu : 3 Barcelona
Un clásico del mundo de los bares de Gràcia. De toda la vida, la fauna local se agolpa en este establecimiento sobre todo de media tarde en adelante. Tiene el encanto de ser un local con una decoración de esas que no pretenden engañar a nadie, de taberna/cafetería catalana, con zonas con el techo bajo(ojo, agachad cabezas), un billar, un lavabo pequeñísimo(ergo mejorable) y clientela habitual. En definitiva, un bar interesante, aunque lo es más por la cantidad de historias acumuladas en el interior de sus paredes y por la costumbre de repetirnos todos que es un local mítico de Gràcia, que por lo que ofrece en sí mismo.
Eugenia T.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Estirar las piernas siempre va bien. De vez en cuando salir del raval, también. Es por ello que de vez en cuando me monto una excursión a Gràcia. Mi primera parada siempre es en el incondicional bar Canigó de la Plaça Revolució, donde me esperan mis colegas de la uni. Ninguno de nosotros se resiste a comandar uno de los bocatas fets a mà, por una señora que podría ser la abuela de cada uno de nosotros. Yo siempre me pillo el de salchichas con brie, que frenesí. Salto de la terraza al interior para ir al baño, grata pero no sorpresa, me encuentro a más de un conocido y es que este emblemático bar es un punto de encuentro.
Mariona R.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Clásico punto de encuentro de veinteañeros y treintañeros, todos nos hemos tomado una cerveza en el Canigó. O un café. O un té. Por la tarde me gusta porque se está más tranqui y te puedes sentar en la mesa del ventanal para ver la gente pasar por la esquina Verdi-Terol, muy concurrida a cualquier hora del día. El Canigó tiene esa extraña peculiaridad de algunos lugares en los que, sin ser muy asiduo, te sientes como en casa. Nos vemos en Gracia, ¿dónde quedamos? En el Canigó.
Marta A.
Évaluation du lieu : 4 Barcelona
Tengo un amigo que siempre dice: –Si un día me pierdo, buscadme en el Canigó-. Y no miente. Casi siempre que me paso, allí está. Tomando unas cañas y encontrándose a gente. Sí, porqué en el Canigó siempre te encuentras a alguien. Y si no te lo encuentras, te encuentran. Conclusión: el Canigó es un punto de encuentro. Era fácil el juego de palabras. Una buena manera de definir a uno de los bares de referencia del barrio de Gracia. ¿Nos vemos en el Canigó? Si quedamos, que alguien llegue pronto, porqué siempre está lleno… y los que suelen coger sitio no lo sueltan.
Pau P.
Évaluation du lieu : 5 Barcelona
El Canigó es otro de los históricos locales conservados del barrio de Gràcia. Fue inaugurado el día uno de julio de mil novecientos veintidós. Se dice rápido. Uno de sus mayores encantos es precisamente la conservación del espacio, las mesas, la barra, la puerta, los carteles,… de esa otra época que vivieron mis abuelos. Es un bar muy concurrido, de ambiente agradable tanto de tarde como de noche. Yo he tomado unas cuantas cervezas y otras tantas copas allí. Así, casi sin darme cuenta… Los precios están muy bien, comparados con los de otros locales de toda la zona molona del barrio. Hay un buen servicio, tiene billar y terracita en verano. Merecedor de una visita, ¿no crees?