El Otro

Como ya está todo dicho por mis amigos solo añado «Madre mía que buen café «
El lugar es perfecto para un café una cena informal unos pinchos y un ratito con los amigos
Me encanta.

Lovely pub ! We like the atmosphere in here and like the beers ^^ good music is here also

Buena música, variedad respetable de cervezas y la atención de un chico muy alegre que siempre está pendiente de que estés cómodo y la estés pasando bien… esos son los puntos positivos de este bar de Gràcia que tiene toda la pinta de llenarse hasta el techo los fines de semana. Una buena opción si estás por el barrio y te apetece pasar un rato agradable.

Gracia, Gracia! cuántos rincones aún por descubrir… esta vez, quedé con unos amigos por casualidad en este bar, la música es buena, la atención también, la verdad es que el camarero se esmeraba en que estuviésemos bien atendidos.
Cervezas belgas, vinos. tapitas, está bien para pasar un rato y disfrutar de este fantástico barrio de la ciudad condal :)

La verdad es que después de 7 comentarios exhaustivos y completos, poco más puedo añadir sobre el lugar, que no se haya dicho ya.
El sitio es acogedor y bastante original para mi gusto. Sin llegar a tener una carta extensa, ofrece posibilidades interesantes y muy prácticas, tanto para comer algo casi de pie — yo hoy he podido comer en menos de 20 minutos un Menú Brunch que me ha salido por poco + de 7 € con el carajillo — como para pasarse la tarde charlando frente a unas cañas, vermuts o lo que se tercie. ¡O pegarse unas partidas de billar con cubatas o cócteles muy apetecibles, intercalando algo de comer para no ver las bolas dobles!
¡¡Eso sí, nadie ha destacado un detalle FUN-​DA-​MEN-​TAL!!! Justo enfrente, tenéis, o tenemos, los mejores postres o casi de Barcelona. Ya que El Otro, está frente a una de la creperías con más solera del barrio y, posiblemente, de toda Barcelona — L’Olla del Torrent. ¡Comprobadlo, comprobadlo; en Unilocal e «in situ»!!

Soy súper fan de la clave de la WiFi de este lugar. No la voy a desvelar aquí, porque no es plan, pero he de decir que concuerda con algo que llevo diciendo desde hace mucho tiempo: si vas a trabajar a algún sitio y planeas chupar de la wifi como si no hubiera un mañana, sé consistente y trata de hacer gasto en consonancia. Así que la clave de la wifi es algo que invita a consumir.
Pero es que además, el lugar tiene una decoración estupenda, con unas mesas que se salen de la norma y un buen rollo increíble. Buena música (buenísima) y unos camareros de lo más simpáticos. Tanto es el buen rollo que, al salir, es posible que des con dos achispaos de lo más simpático con los que puede que hasta hagas migas…

Buscando un sitio donde tomar algo y donde poder trabajar conectada a Internet topamos con este magnífico bar (o más bien pub) en el centro del barrio de Gracia. Solo entrar noté buenas vibraciones y supe que se trataba de esos sitios donde te sientes realmente a gusto tomando algo, de los que sabes cuando entras pero no cuando sales. La selección musical es de primera, huyendo de lo comercial –que me cansa hasta no sabéis que punto– con temas que iban desde el soul, el funky, el reagge, música instrumental con trompetas y mucho ritmo, también algún temazo setentero u ochentero… El local tiene varios espacios; al entrar encuentras una gran barra con taburetes altos así como mesas altas a los lados súper originales (he colgado fotos). Si avanzas hacia el interior encuentras una sala con mesas y sillas donde poder tomar algo tranquilamente y con una mayor intimidad, y al final de todo tienes una zona de juegos donde hay un billar y unos dardos. Disponen de pantallas de televisión (en el rato que yo estuve, un lunes al medio día, retransmitían un partido de tennis) y el camarero me pareció muy majete, así que seguramente vuelva por aquí a conectarme muy pero que muy pronto :) Me pedí una especie de sandwich de jamón italiano con queso brie calentado al horno que estaba delicioso.

First off, we never came here for a full meal. Just drinks and tapas. The atmosphere here is mellow: lighting a tad dim, TV’s placed throughout but not loud or distracting. There’s a full bar and although it seemed to get consistent business, was never crowded. This makes it great for either warming up before a big night out or a chill place to relax over a few drinks for those days you might want to refrain from going too hard.
I should say we didn’t find the alcohol selection particularly exciting: a couple variations of Leffe, Guinness and of course, no local tap lineup would be complete without Estrella. Pricing was slightly less expensive than what you would pay at bigger restaurants in the area — I believe the Leffe was about 4 € for a healthy pour. We probably paid 5 € at other places nearby. Advertised happy hour specials changed regularly and were a good value.
Although we didn’t have the opportunity to drop in for lunch, we did try the tapas which, while not exceptional, were still pretty tasty. The tortilla patatas were my favorite and I suppose the fact that I remember them at all is probably notable. I wouldn’t be able to tell you the tapas value for price because I don’t think we ever paid for them…
Which is why El Otro is getting four stars today. We only ever sat at the bar here and although we didn’t chat a whole lot with the bartenders, they were always very friendly — regularly checking in with us to make sure we were satisfied. They were patient and seemed receptive to our (often sad) attempts to order in Spanish.
Whether taking shots with us or offering a sample of the tapas — all on the house — the bartenders always made sure to show their appreciation for our business and friendly attitude and we made sure to show our appreciation by tipping at the end of the night — something we almost never did in Barcelona.
If you happen upon the Gracia district, stop in, be friendly and they’ll treat you right. Customer service like this goes a long way when a lot of other bars and restaurants are taking their tourist customers for granted.

¡Tenía que escribir porque soy fan number one! Echo de menos los desayunos del Otro, buenísimos bocatas calientes y mi cortado cremoso, fantástico, con polvos de canela… y barato. La selección musical es casi perfecta, al menos para mi, ya que parece mi biblioteca del itunes en «persona».
Hay mesitas y barra y tele, echan el futbol cuando lo hay, pero eso es lo de menos, id a desayunar y a tomar café, de verdad.

El único elemento que me hace pensar en éste bar como un lugar diferente es una especie de barra redonda que se encuentra al final de lo que todos entendemos por la barra tradicional del bar. Ese apéndice circular, como toda superficie redonda, por otra parte, permite conversar teniendo a todo el mundo en ángulo de visión, de manera que nadie puede poner caras ni hacer gestos mientras hablamos. En torno a la misma se crea una atmósfera muy íntima y vale la pena sentarse allí con los amigos, para beber, e insistir una vez más en las obsesiones de cada uno. Es un bar con espacios diferenciados: hay mesas y sillas para sentarse pero también hay taburetes para aquellos que prefieren colocar su cuerpo en una posición más vertical. A mi tener que elegir es algo que me fastidia muchísimo y el hecho que solo entrar en un bar ya empecemos con disyuntivas, me parece algo agobiante. Preferiría que todos los asientos fuesen iguales, e incluso que sólo ofreciesen una sola bebida, así nos ahorraríamos las frustraciones de querer siempre aquello que no encontramos en ninguna parte.
Es un bar que se encuentra en una encrucijada que no le favorece en nada. Es el vértice de dos calles transitadas en un barrio que suele tener espacios de recreo peatonales, con lo que uno no está acostumbrado, por Gràcia, a lidiar con coches, semáforos y ruidos. Por ese motivo El otro cae un poco a contrapié. Uno generalmente realiza rutas alternativas y es extraño pasar por delante. Una vez dentro, eso sí, no se está nada mal. El nombre del bar me parece interesante porque demuestra ser consciente del problema de la alteridad.

Un sitio tranquilo pero acogedor para hacer la cervecita de media tarde o para hacer un alto mientras estás haciendo las compras por Gracia. Es un local sencillo pero muy agradable. La comida es muy buena y en general no es muy caro. He ido un par de veces y siempre he salido contenta.

Me encanta este sitio para desayunar, tomar un café a media tarde o hacer pincho de tortilla a mitad de la mañana. El Otro Bar está en el corazoncito de Gracia y aunque al entrar parece pequeño, tiene otra sala más grande al final.
Hacen un buenísimo vermut casero (2,80 euros) que puedes acompañar con una tapita de boquerones o unas gulas del norte al ajillo. Además es uno de esos pocos bares que cuenta con leche de soja y leche desnatada. Si vas por la leche desnatada por tema dietas, será mejor que ni te acerques (ni mires de reojo) los bocadillos que hay en el mostrador.
Es un gustazo saber que en el Otro Bar, además de almorzar o hacer café con las amigas, puedes tomarte una buena caipirinha, un mojito o un gin-​tónic.