L’Obrador del Molí

Al menos el establecimiento de Sabadell es perfecto tanto para tomar el café como para comprar una gran variedad de panes. Recomiendo probar la coca de vidre.

Quedé con una amiga para hablar un rato, teníamos hambre y pasábamos por aquí. La chica que nos atendió era súper amable y el precio de lo que nos pedimos me pareció correcto: 4 € por un bocadillo de tortilla de patatas (te lo hacen al momento) y una bebida fría.
El lugar es grande y tiene opciones para comer algo «rápido», también variedad de pan y es un lugar agradable para simplemente tomar un café y leer la prensa.

3.5 really.
On this very hot August day at lunchtime, L’Obrador was definitely the best option for the area.
Why?
a) it was open. (so many places close in August)
b) A/​C!
c) delicious house made lemonade.
For a «workshop» of artisanal breads, I’d have expected better. I got a «coca de» some salad-​y thing — that had arugula and goat cheese. The coca dough was so tough, that i had to eat the topping with a fork and then eat the bread separately. The flavors were good though. My friend had a chocolate chip cookie for dessert (meh), and I ordered the bunyuelos (sp???) which were some airy puffy dough balls coated in sugar (they were ok). The food was ok. but if the bread is what they’re supposed to be resting their laurels on, I’d think it would be better.
The setting is very nice and clean — I did like the presentation and ambiance. The staff was friendly. Maybe i should have asked what they recommend since I never seem to order the right thing.
I still always do better when a friend who is a local orders for me — or if I go with a staff pick.
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Addendum note: L’Obrador is a chain…

Tienen una enorme variedad de pan, tal vez excesiva, sobre todo para los más indecisos. El asno de Buridán lo pasaría realmente mal si tuviera que escoger una de sus múltiples propuestas, y es que en realidad todas ellas, visualmente, parecen saludables y bien apetitosas. Es una tienda que satisface más la vista que el apetito. El pan, por lo general, tiene mucha corteza y poca miga. Si trato de hacer una abstracción ante la diversidad, diría que nos encontramos frente a un pan consistente, seco y muy físico. Las personas más tradicionales no creo que le encuentren la gracia al Obrador del Molí. Para comprar una baguette o unos panecillos de Viena es mejor ir a otro lugar en el que concentren más sus esfuerzos. Esta es una tienda para personas que les gusta probar, experimentar, y jugar. Se comenta que la bollería no es demasiado fina, aunque yo he probado unos buñuelos de cuaresma muy afortunados, tiernos, con bastante azúcar y un puntito de licor.

Hace tiempo que el pan dejó de ser sólo pan. La mercadotecnia, que en todo se entromete, se ha apoderado también de nuestro alimento más básico. El súmmum de las panaderías marquetineras es L’Obrador del Molí, con una de sus sedes en el barrio de Sarrià. ¡Ni más ni menos que 21 variedades distintas de pan! A mí, tanta extravagancia para algo tan simple me parece un poco snob, pero tengo que reconocer que el pan de l’Obrador, especialmente el de cerveza, lo encuentro más rico que el de la panadería de la esquina. ¿Caí en la trampa? Podría ser.